Capítulo 10:
Noche de Copas.
Rosalie POV
La sala había quedado sumergida en un silencio sepulcral aquella tarde. Alice se había retractado automáticamente de sus palabras al ver la reacción de Bella, aunque, claro, eso no cambió en nada los planes que la pequeña duendecilla ya tenía preparados. Ella y Jasper habían estado hablando sobre ir a otro lugar, uno donde el padre de Alice había puesto su nuevo hotel. No es que me molestara mucho la opción, pero si llegaba a fastidiarme el hecho de no poder decirle a Bella que todo era culpa nuestra. Sabía que ambos acabarían juntos, tarde o temprano...
-Hubiera sido mejor tarde.- no pude evitar pensar en voz alta, lo que atrajo la atención de todos los presentes.
-¿Qué cosa, Rose?- preguntó Bella, mirándome de forma seria.
-Oh, no es nada. Lo siento.- noté incredulidad en su mirar, algo que no era frecuente.
Bella podía llegar a ser una persona muy despistada, pero en ocasiones, como ésta, podía llegar a ver a través de las personas. Como un sexto sentido o un don natural, así como Alice disfrutaba de "predecir" cosas que pasarían, o la facilidad de mi hermano para mantener todo bajo control cuando es necesario. A veces me pregunto si no hay algo anormal con todos nosotros, aunque considerando la situación actual, la palabra "anormal" no basta.
-Tranquila, amor.- susurró Emmett, apretando mi mano suavemente. -Todo saldrá bien.- esa frase la había escuchado mucho últimamente. Estaba preocupada, ¿cómo evitarlo?
Alice mantenía la mirada clavada en el suelo en esos momentos, pero fui capaz de ver una sonrisa comenzar a brotar en sus labios. Eso nunca era algo bueno. Esta sonrisa solo podía significar una cosa: un plan. La duendecilla de cabello rebelde tenía una brillante idea dentro de su cabecita, algo que sin duda nos crearía bastantes problemas.
-Bien, Bella. Tú ganas.- la vocecita de Alice rompió el silencio recién formado. -Nos quedamos aquí.- la cara de todos nosotros se convirtió en un poema.
¿Alice comenzaba a sentir culpa, acaso? Sus labios se curvaron traviesamente cuando me miró, por lo que comprendí que no era así. Esto estaba en el plan. La muy engañosa enana nos estaba utilizando a su merced a cada instante, y ya me estaba hartando de eso. ¿Es que Alice nunca va a madurar? No somos juguetes, y Bella mucho menos, ya es tiempo de que nos trate como humanos y no simples muñecos. Jasper le pasó un brazo por los hombros y la miró fijamente, sintiendo todo aquello que mi futura cuñada era capaz de transmitir. Definitivamente, esto a penas iba a dar inicio...
Alice POV
La forma de actuar de Bella me parecía de lo más infantil. Se estaba comportando como una niña caprichosa, dispuesta a todo por obtener un caramelo, aunque su situación era un poco torcida. Bella no quería su caramelo, o no sabía que lo quería. Emmett y Jasper habían estado insistiendo con eso de "no molestarla más", nada de bromas, juegos, ni salidas, y Rose no parecía estar en desacuerdo. Todos se sentían mal por lo que estaba ocurriendo, pero es que era algo inevitable. Todos supimos que había más que curiosidad en sus ojos cuando se miraban, más de rencor en los movimientos de Bella cuando bailaba con él, había más que deseo en el beso que compartieron. Ella se gustaban, y mucho.
Comprendo que no puedan darse cuenta, talvez sea muy pronto, pero nunca comento errores. No pretendo decir que no soy culpable, o que no me siento mal, pero sé que es lo mejor para ellos, y pronto me lo vana agradecer. Ayudaré a su relación, si es que pueden llamarle a lo que tienen relación.
-¿Hablas en serio, Ali?- preguntó en un susurro la dueña de esos curiosos ojos chocolate. -¿Nos quedaremos aquí?- su voz denotaba una sorpresa muy propia de este tipo de situaciones. Es raro que yo ceda una vez he decidido llevar a cabo uno de mis planes, aunque… Ella no tiene que saber que este es el verdadero plan.
-Si, Bella.- dije con mi tono más sincero. –Ya estás pasando por mucho, no es necesario agregar más.- lo que siguió no me lo esperaba, y creo que nadie. Bella saltó a mis brazos emocionada, agradeciendo que lo entendiera. Y no pude menos que sonreír, conciente de la culpabilidad que se apoderaba de cada uno de mis miembros. ¿Cómo podía seguir sonriendo cuando todos estaban formando muecas en sus rostros?
Edward se mantuvo tranquilo, sin participar en la conversación en ningún momento. Creo que su modo de apoyar era más eficiente que el nuestro, aunque notaba cierta tristeza en sus ojos verdes y mucha incomodidad en sus movimientos. Y eso no era lo mejor para él. No podía culparse por una noche de copas, podía haberle pasado a cualquiera. Bella podría haber acabado en la cama de alguien más, y eso si hubiera sido un desastre.
Me alegraba en demasía que hubieran dormido juntos. Sabía que Bella estaba descontenta con la idea de eso. Desconocía totalmente la razón. No es como si fuera a perder su virginidad en un arrebato de locura. Bella ya había tenido un novio antes, un chico que la había lastimado de muchas formas, no es de sorprenderse que Jacob Black hubiera sido su primer acostón. Aunque algo me decía, muy dentro de mí, que talvez estaba equivocada.
¿Qué tal si esa hubiera sido su primera vez? Me tensé con solo pensarlo. No era posible que una chica tan bonita, siendo asechada por tantos chicos, jamás hubiera llegado a la cama de alguno. No es que se la pasara saliendo con hombres, pero si a tenido citas y ha llegado lo bastante tarde como para sospechar que no terminaban de forma inocente. Sobretodo porque luego no contestaba las llamadas de esas personas, como si estuviera avergonzada por haber permitido más de lo debido.
Rosalie y yo solíamos pasar por situaciones de esa clase de vez en cuando, siempre habíamos sido muy liberales, y no era de extrañarse que, pasando tanto tiempo juntas, Bella fuera igual. Ella no podía ser virgen.
Jasper POV
No pude evitar estremecerme cuando Bella se separó del pequeño cuerpo de mi prometida. Un extraño sentimiento se apoderó de mí en ese momento, impidiéndome sonreír igual que el resto. Edward se giró en ese momento en mi dirección, curioso, reservado, tranquilo. Podía distinguir en su mirada todo el tormento que albergaba su alma, la culpabilidad por sus actos y la preocupación por nuestro recibimiento de la noticia. Pero él no tenía nada que ver con lo que nosotros hacíamos. Era un peón más en el tablero de ajedrez de mi novia, y todos estábamos jugando.
La expresión de Bella era de completa alegría, algo que no había visto desde la mañana anterior. Definitivamente, todo se nos estaba yendo de las manos. Era imposible que pudiéramos mantenernos unidos si eso dañaba a nuestra amiga. Alice podía repetir una y otra vez que todo terminaría bien, pero yo sabía que algo no sería así. Talvez solo por un momento debía considerar en contarle todo a Bella, pero, ¿de qué serviría eso? Marco Vulturi había interferido ya, había dicho dos meses y nadie puede contradecir a uno de los Vulturis. Son de las personas más poderosas de todo el país.
-Edward, ¿podemos salir un momento?- el aludido asintió una vez con la cabeza y se encaminó a la puerta. Emmett se puso de pie instintivamente, poco dispuesto a dejarme solo con su hermano.
Es cierto que en otras ocasiones he exagerado cuando se trata de chicos que se acercan a Bella, pero sería incapaz de dañar a Eddie. Aunque claro, Emmett tenía sus dudas. Y eso se reflejaba en la intensa mirada con la que traspasaba mi espalda mientras caminábamos por el pasillo, lejos de la habitación donde permanecían las chicas.
-Edward, escúchame bien, por favor.- sus ojos verdes se clavaron en los míos. –Nada de lo que está pasando es culpa tuya. Comprende eso.- él no dijo nada, y por un momento sentí todo su dolor en mi cuerpo.
-No hice nada, salvo robarle su virginidad.- No podía creerlo, era cierto que nos había mencionado antes que él y Bella habían tocado un punto profundo en su noche de bodas, pero nunca había reconocido ese hecho.
-¿De qué hablas?- los ojos de Emmett se abrieron desmesuradamente mientras tomaba a su hermano por el cuello de la camisa. -¿Qué acabas de decir?- preguntó de nuevo, molesto.
-Emmett, por favor.- coloqué la mano sobre su brazo, logrando que liberara a Edward antes que la cosa empeorara. –Él tiene razón. Bella jamás quiso admitirlo frente a ustedes, pero jamás había llegado tan lejos con un chico. Solo lo sabía yo.-
-No… No es posible.- en una milésima de segundo chocaron cientos de sentimientos en el rostro de mi amigo, entre ellos un profundo dolor y el remordimiento. Nadie sabía que Bella se mantenía virgen, y mucho menos que lo hacía por una promesa a su madre. Y ahora, eso no podría seguir como debía.
Bella POV
Después de que los chicos se fueron, nos quedamos sentadas en silencio. Un silencio espeso e incómodo. No sabía qué decir, y creo que mis amigas pasaban por lo mismo. El hecho de no poder separarme de Edward Cullen en dos meses me alteraba de manera considerable los nervios, a demás de sumergirme en una de las oscuras verdades.
Hasta el momento, jamás le había contado a nadie, además de Jasper, de la promesa hecha a mi progenitora antes de su muerte. Era algo que no quería divulgar por ahí, algo que ni Rose ni Ali sabía. Esa era la razón por la que me veían de peor manera, por el remordimiento de perder algo tan importante y de la forma más estúpida posible. Mis amigas no lograrían comprender lo que significaba para mí todo eso, pues ellas habían perdido sus virginidades años atrás. Yo era distinta, siempre lo había sido.
Podría jurar que ambas pensaban que yo no contaba con ella, que solo estaba perturbada por la velocidad vertiginosa con la que mi vida se había modificado, convirtiéndome en una mujer casada. Pero, ellas estaban realmente equivocadas en ese asunto. Y no era de sorprenderse, considerando que les ocultaba cosas.
-¿Alguna quiere té?- la simple pregunta de Rosalie fue lo último que escuché en toda la tarde. Después de eso, los chicos volvieron y las dos parejas se marcharon, dejándonos a Edward y a mí solos.
Dos Semanas Después
Los últimos catorce días habían sido una tortura total. No había un solo momento del día en que Edward y yo no discutiéramos por algo. Talvez fuera mi decisión de culparlo por lo ocurrido tantas veces como fuera posible, o la suya de hacerme entender que mi vida podía ser aún más miserable. Ambos nos comportamos como niños malcriados, siempre molestando al otro. Y, aunque me disgustara aceptarlo, la mayoría del tiempo me parecía muy divertido.
Los ojos verdes de Edward solían brillar con una chispa de alegría cuando nuestras batallas en la cocina parecían más juegos que riñas, aunque siempre alguien acababa de mal humor. Ambos contamos con un carácter para temerse, por lo que Emmett y Rosalie procuraban no pasar mucho tiempo con nosotros.
Jasper y Alice, por su parte, estaban muy ocupados con sus preparativos de la boda. No podía faltar nada para el evento del siglo como solía denominarlo la enana de cabellos negros. Era imposible acercarse a Alice sin que te asaltara con un montón de comentarios sobre el color de las servilletas o las flores de los arreglos. Comenzaba a envidiar la alegría en sus ojos al decir "boda".
Sin duda alguna, yo no estaría entusiasmada por casarme. Supongo que es parte de mi naturaleza evitar todo tipo de grandes reuniones, más cuando debo ser el centro de atención. Ese llegaba a ser el único punto a favor de mi "boda" con el hermano de Emmett. Los puntos en contra, eran demasiados como para desear enumerarlos.
-¿Quieres un refresco?- ofreció Edward en tono cordial cuando se levantó del sofá. Sus ojos estaban serios, algo inusual en él.
-No, gracias.- me mordí la lengua a penas respondí. Tenía entendido que le había dicho que no volvería a hablarle. Sin embargo, lo estaba haciendo. Una pequeña sonrisa adornó sus labios ante mi respuesta, dándose cuenta de lo mismo que yo.
-Siento lo de esta mañana, Bella.- le saqué la lengua de modo infantil y me giré de nuevo, dándole la espalda. Lo escuché bufar frustradamente y marcharse a la cocina.
Todo parecía indicar un día normal. Todo… Hasta que sonó mi teléfono celular.
La estridente y emocionada voz de Alice sonó del otro lado de la línea. Era imposible ignorarla mientras comentaba algo sobre una noche de fiesta. Lo que menos me apetecía era salir a un club nocturno, no era muy dada a ese tipo de reuniones y mucho menos desde lo ocurrido la última vez. Antes que pudiera negarme, reparé en el detalle de que Alice había cortado la llamada.
Edward POV
Cuando volví con mi refresco pude notar el mar humor de mi compañera. Era evidente que Alice había llamado. ¿Qué podía planear la pequeña un sábado por la noche? La sola pregunta, sumado a la cara de enfado de Bella, me dio la respuesta. Alice acababa de invitarnos a salir por la noche y, por lo visto, no podíamos negarnos.
No había terminado de enlistar los pros y contras de aquello cuando mi móvil vibró en mis jeans y tuve que responder. Lo sorprendente, es que la llamada provenía de un emocionado Jasper. No pude creer escuchar su voz con un tono tan alegre al hablar de un salida grupal a un club por la noche. Era una de esas cosas a las que mi amigo se negaba a asistir en casa. Siempre era Emmett el emocionado, y Jasper y yo los indispuestos. Esta vez, para variar un poco, Jazz quería salir a bailar.
Bella se levantó antes de que colgara, y pronto la vi salir de su habitación con una toalla en la mano, lo que me dio a entender que tomaría una ducha primero. No pude menos que permanecer sentado en el sofá y mirar –de forma distraída- el televisor.
Pasados veinte minutos, escuché la puerta del baño abrirse. Me giré instintivamente, y lo que vi me dejó helado. Bella caminaba rumbo a su dormitorio envuelta en una pequeña sábana que solo cubría lo necesario. ¿Intentaba, acaso, probarme de algún modo? Su mirada divertida se cruzó con la mía antes de cerrar su puerta. Definitivamente, esta sería una noche interesante.
Una vez estuve listo, vistiendo pantalones negros y una camisa azul, me senté en la sala, esperando que mi esposa saliera de su cuarto. Los minutos parecían no transcurrir y , francamente, ya me estaba desesperando. Habíamos quedado de vernos en el club más popular de Las Vegas. Suspiré cansadamente antes de girarme al escuchar la puerta. Y si antes me había quedado helado al verla, esta vez no se podía comparar.
Bella se veía realmente hermosa. Vestía un ajustado top rojo y una falda –extremadamente corta- de mezclilla oscura. Llevaba zapatillas rojas, más altas de lo que usualmente solía calzar. Su cabello estaba ondulado suavemente, cayendo en cascada sobre sus hombros. El maquillaje era ligero, pero resaltaba sus facciones de forma divina. Y era imposible no apreciar las formas de su cuerpo en esa ropa. Una sonrisa traviesa se posó en sus labios al ver mi rostro. Estoy seguro que encontró algo divertido en él, porque soltó una pequeña risa antes de salir de la habitación.
El club era realmente enorme. Había parejas bailando por todos lados, y estaba repleto. Alice y Jasper nos esperaban en una mesa en el fondo, bebiendo dos margaritas. Emmett y Rosalie ya estaban en la pista, entre muchos otros. Alice casi lloró al ver a Bella. Creo que nunca se había arreglado de esa manera sin ser obligada, lo que realmente dejó sin palabras a su amiga y sin aliento a Jasper.
El regreso de mi hermano y su novia trajo varios silbidos que colorearon las mejillas de mi pareja. Instintivamente sonreí, divertido ante la simple acción. Pronto ordenamos algunas bebidas, y mucho más pronto me arrepentí de ello. Talvez fuera el humo o las luces, incluso la atmósfera atrevida o la simple sensualidad de Bella, pero de un momento a otro me encontré mirándola con descaro. Intentaba recordar nuestra primera noche juntos, volver a sentir su cuerpo junto al mío, el sabor de sus labios. Las dos parejas se habían marchado a bailar, dejándonos completamente solos.
Sentí a Bella inclinarse en mi dirección y sus preciosos ojos cafés me miraron de una forma penetrante. Su postura cambió gradualmente, o talvez fue la mía, pero pronto nos encontramos cara a cara. Sus manos aferradas a su asiento por un costado, y una de las mías sobre su rodilla. Sus labios se curvaron de nuevo, traviesa, sexy…
-¿Quieres besarme?- la pregunta escapó de mis labios sin siquiera proponérmelo. Ella no pareció sorprendida ni incómoda, solo divertida.
-Ni que fueras bueno en eso, Eddie.- el tono de su voz y el apretón que dio a mi muslo bastaron para que todo resto de razón se perdiera. No soportaba el hecho de que sus palabras parecieran ciertas para ella. Y su énfasis en "eso" no parecía referirse solo a mi forma de besar, lo que me llevó a pensar en algo más.
-Te demostraré lo contrario, Bella.- antes que fuera capaz de reaccionar, o que yo lo impidiera, la estreché entre mis brazos y presioné nuestros labios.
El ritmo del beso fue apasionado desde el comienzo. Era imposible que con un simple movimiento de su lengua consiguiera tanto. Isabella poseía una sensualidad innata, sumada a una inocencia propia que lograba nublarme los sentidos y cortarme la respiración. No sé en que momento nos pusimos de pie, pero cuando nos separamos para tomar aire reparé en el hecho de que mantenía su cuerpo aprisionado entre el mío y la mesa.
Su pecho subía y bajaba velozmente, intentando recuperar la respiración perdida. Sus ojos buscaron los míos, envueltos en una pasión que no recordaba haber visto en alguna ocasión anterior.
-¿Qué dices ahora?- no pude evitar sonreír de forma engreída al lanzar la pregunta. Supongo que ella también reparó en el detalle, pero no le dio importancia.
-Aún no pruebas nada.- su sonrisa era burlesca. Parecía divertirse con la situación.
Estaba por responder cuando sentí sus manos tomar el cuello de mi camisa y sus labios chocar con los míos. Isabella Swan quería jugar, y yo no era nadie para negarle tal oportunidad…
Holaaa me facinan todas la historias y me gustaria que vieras las mias to las tengo en esta pagina:
ResponderEliminarwww.dbtwilightfic.blogspot.com
aunque creo que no se comparan con la tuyas sinseramente Un nuevo comienzo me hiso llorar.