Bella POV
No entendía qué demonios le pasaba a Alice. Había notado su mirada curiosa durante varios minutos, y eso es algo que no pasa con frecuencia. Alice no es una de esas personas que se ande con rodeos, cuando quiere algo lo consigue, y solo espero que no quiera nada de mí.
Muchas veces me pongo a pensar, ¿qué le hice al mundo para que se ponga en mi contra? Como si estuviera rogando a Dios que pusiera la canción favorita de Ali en ese momento, ésta comenzó a sonar. Y conociéndola, eso solo podía significar una cosa: baile.
-¡Adoro esa canción!- gritó Alice entusiasmada, ganándose una mirada de "sorpresa" de nuestra parte. -¡Iremos a bailar!- Si, era de esperarse.
Rosalie y ella se pusieron de pie instantáneamente, como si estuvieran sincronizadas para ello, por lo que me preparé para lo peor. Las vi detenerse frente a mi silla con sonrisas malévolas y miradas cómplices, cerré los ojos por instinto y no los abrí en algunos segundos, esperando sentir el jalón hacia la pista, pero nada sucedió.
Abrí un ojo castaño, luego el otro, parpadeé un par de veces, pero nada. Entonces las vi, Rosalie y Alice caminaban rumbo a la pista, sujetando cada una un brazo de Edward. Me reí divertida, esto iba a ser bueno. Bebí de mi vaso y esperé, pero pronto sentí a Emmett alzarme con sus brazos y caminar rumbo a la pista, mientras Jasper me veía con lástima. Definitivamente, se traían algo entre manos.
Mis pies tocaron el suelo y, por instinto, intenté escapar de aquél martirio que se avecinaba, pero Jasper me cortó la huída, frenando en seco mi movimiento veloz y tomándome con una brazo por la cintura.
-¿Qué voy a hacer contigo, Bella?- preguntó con fingida indignación.
-Quererme y dejarme salir de aquí.- dije en un murmullo que él alcanzó a escuchar.
-¿Y perderme la oportunidad de bailar con mi futura madrina?-preguntó divertido. -¡Ni hablar!- Eso me dejó atontada algunos segundos, ¿su madrina? No me lo esperaba, aunque adoraba a Jasper, así que no podría negarme.
-Son tus pies.- le recordé, pues nunca se me había dado bien eso de moverme en una pista de baile. Lo vi reírse un poco.
La música era perfecta para bailar con un novio, el típico baile de gente caliente que se usaba en la actualidad. Pasé mis brazos por el cuello de Jasper y me pegué a su pecho, mirando su rostro con las mejillas encendidas, ¿acaso podía ponerme más roja? Sus manos se colocaron sobre mi cadera, e instintivamente me puse rígida. ¡Alice iba a matarme!
Estaba por apartarme cuando Jasper comenzó a bailar, obligándome a mover mi cuerpo al mismo ritmo que el suyo, antes de lo pensado, estaba disfrutándolo realmente. No era tan complicado, y con sus manos guiándome era difícil errar. Alcancé a ver a Emmett y Rosalie bailando de una forma demasiado pegada a unos cuántos metros, mientras que Alice le enseñaba a Edward algunos pasos. Me reí encantada, ahora era más sencillo que antes.
Pronto nos juntamos todos en una especie de círculo disparejo, donde cambié de pareja y quedé con Emmett pegado a mi espalda, moviéndose del mismo modo que lo hacía contra Rose y guiando mis caderas tal y como Jasper lo había hecho antes. Mientras, Rose y su hermano bailaban en el centro de nuestro "perfecto círculo" de un modo demasiado excitante. Varias personas habían empezado a rodearnos para ver el espectáculo, admirando la perfecta sincronización de los gemelos a la hora de mover sus cuerpos, eso y la perfección de mi amiga en todo sentido.
Y aunque lo dudaran, ¡me estaba divirtiendo en grande! Nunca había bailado tanto ni tan bien, era la primera vez que podía moverme como esa noche. Me había tocado pasar al centro, quedando entre los cuerpos de mis dos amigas, mientras las tres bailábamos a un solo compás y terminábamos dando un show de otro mundo, o eso dijeron varios de los que nos miraban embobados.
Edward había sido arrastrado por Rosalie al centro, demostrando que no solo nosotras podíamos caldear el ambiente. Verlo me había resultado fascinante, deseando de un momento a otro ser yo la que estuviera contra él y no Rose. Me abofeteé mentalmente por ese pensamiento tan impropio de mí, culpando al alcohol de paso.

-Yo invito.- pronunció Edward con alegría, intentando que yo dejara de fruncir el ceño ante su atención. Y lo hice.
-No tenías por qué…- comencé cuando caminábamos hacia nuestra mesa.
-Pero miren quién está aquí.- una voz en extremo aguda resonó en mis oídos.
Mi vista, antes clavada en el suelo, se elevó poco a poco. Unos zapatos rojos de tacón aguja, entre los quince y los veinte centímetros, un par de piernas blancas, una diminuta falda negra y un top sobre el ombligo rojo; dos clones -en otro color- más atrás.
-¿Qué quieres Tanya?- le pregunté con indiferencia, mientras Edward las miraba con reconocimiento.
-Oh, Eddie, cielo.- la voz de Tanya le llamó a mi compañero con ese matiz seductor que creía poseer. Chasqué la lengua asqueada, mientras notaba a Edward fruncir el ceño y tratar de sacarse los brazos de Tanya del cuello.
-Jessica, Lauren, lindos atuendos.- dije con sarcasmo. Ambas sonrieron encantadas con mi halago, sin contar que lo decía en sentido contrario.
-Tanya, ¿puedes dejarlo respirar?- pregunté molesta. Tanya liberó a Edward de su abrazo y se detuvo ante mí, dirigiéndome una de sus miradas encolerizadas.
-Bella, querida, ¿qué pasa, estás celosa?- mi rostro debió mostrar una gran sorpresa, pues la escuché reírse de forma burlesca.
-¿Las conoces, Bella?- me preguntó Edward en tono bajo, ya que solo yo fui capaz de escucharlo. Asentí molesta. Notó mi mirada interrogativa y respondió con un suspiro: -Emmett y Jasper se vinieron con ellas una vez se detuvo mi coche.- ahora entendía de quiénes escapa Edward al quedarse en su volvo.
-Es un gusto volver a verlas, niñas.- dije de repente, intentando escapar del lugar. -Pero Rose y Ali me esperan y…-
-Vamos, Isabella.- pronunció con desprecio Jessica. -No puedes ser tan aguafiestas.-
-¿Disculpa?- le pregunté enarcando una ceja. -¿Qué quieres decir?-
-Bueno, Bella, se nota que no eres lo suficientemente buena para estar con él…- habló Lauren, imitando el perfecto tono sangrón de sus amigas. -Solo míralo.-
-Bella, no les hagas caso, vamos.- me llamó Edward, pero no le hice caso.
-¿Cuál es el reto, Denalí?- la sonrisa de Tanya se ensanchó, sabía lo que buscaba.
-Competencia de baile, tus amigas y tu contra nosotras.- debí haber abierto los ojos incrédula, porque agregó: -En parejas, princesa.-
-¿Cuál es el premio?- pregunté casualmente.
-Lo discutiremos al ganar.- Claro, muy propio de la cobarde de Tanya.
-Trato hecho.- apreté su mano y le sonreí de forma socarrona. Realmente el alcohol me había afectado.
Tomé la mano de Edward y prácticamente lo arrastre hacia donde estaba el resto del grupo, estaba comenzando a alarmarme la idea de fallar en el reto y ser humillada por las "damas de la seducción" frente a todo el mundo. Edward se dio cuenta, pues me detuvo antes de que llegáramos a la mesa y me miró a los ojos directamente, intentando darme confianza. Me abracé a él, procurando relajarme entre sus brazos.
-Pero miren nada más, parece que nuestra bebé está creciendo.- dijo Rosalie en tono sarcástico, y pude escuchar la suave risa de Alice.
-Talvez traer a Eddie no fue una buena idea…- murmuró Emmett lo suficientemente alto para que todos escucháramos.
-Si, definitivamente tus amigos son interesantes.- me dijo Edward tan bajito que solo yo escuché, y aunque estaba sonrojada por los comentarios, me reí.
-¿Qué es tan divertido?- preguntó enfadada Alice, pues nunca le ha gustado que la hagan a un lado.
-He aceptado -dije separándome del pecho de Edward,- un reto de Tanya Denalí y sus amigas.- reconocí un tanto avergonzada.
-¿Tanya Denalí?- me preguntaron ambas con un tono demasiado agudo para pasar desapercibido.
-Bueno, creo que había omitido esa parte de la historia…-dije en susurros. -Pero cuando llegué me las topé en el elevador, justo antes de ver a Emmett y Jasper.-
-¿Estás diciendo que ese trío de zorras está en Las Vegas?-
-Bueno, Ali, la mayoría del instituto está aquí.- me miró con los ojos abiertos como platos. -Recuerda que nos graduamos hace poco, así que este fue el punto de reunión, solo que no pensábamos asistir hasta que Jazz nos lo pidió.-
-¿Cuál es el reto?- preguntó Rosalie, mucho más calmada que Alice, y luego bebió un trago de su nueva copa de licor.
-Competencia en la pista.- me dejé caer en uno de los asientos disponibles, mientras Edward se sentaba mucho más tranquilo en el otro. -Ni siquiera sé bailar…- me quejé en medio de una extraña rabieta.
-¿Individual o por parejas?-
-En parejas, Rose.- ¿por qué seguía haciendo preguntas?
-Solo contra ella, ¿o contra las tres tontas?-
-Seis contra seis, ¿vale?-
-¡Bien!- Alice y Rose parecían felices, pero yo no. ¿Qué podía atraerle de esa idea? Como si Dios siguiera en mi contra, a nuestro lado se detuvieron las tres chicas de "ensueño" y con ellas venían tres tipos que conocíamos muy bien: Tyler, Mike y Demetri.
See, esto iba a ser entretenido.
La canción "Crazy in love" comenzó a sonar mientras nos dirigíamos a la pista, y no era algo espontáneo, era la misma que se usa siempre en las competencias de baile, la típica canción que todo el mundo pide.
Alice y Jasper, Emmett y Rosalie, Edward y yo, todos de pie ante las otras tres parejas. Veía las caderas del trío de Tanya moverse al compás de la canción, disfrutando los provocativos movimientos contra el pecho de su pareja. Los nervios se incrementaron cuando nos tocó bailar, sentía las manos de Edward quemar sobre mis caderas al guiarme. Era fuego puro.
Me di la vuelta, quedando de frente contra él, sus manos estaban recorriendo mis piernas descubiertas lentamente a la vez que mis caderas incitaban a las suyas y nuestros cuerpos bajaban, al igual que la corriente eléctrica que sentía correr entre nosotros al tenerlo tan cerca.
De pronto, la competencia dejó de importarme, y solo me dediqué a dejarme guiar por el cuerpo de mi pareja, disfrutando cada roce entre nuestros cuerpos ardientes, mientras sus ojos verdes me observaban encantados. ¿Por qué? No lo sé, y tampoco quería averiguarlo.
Cuando la canción terminó me di cuenta que solo quedábamos la pareja de Tanya y Demetri y nosotros, el resto se habían colocado alrededor para observar mejor los movimientos. Tanya lucía disgustada, por lo que supuse que no estaba muy contenta con el resultado o el modo en que me mantenía Edward firmemente contra su pecho.
La música comenzó a sonar de nuevo, el ambiente comenzó a calentarse al tiempo que todos ingresaban a la pista a bailar. Sentía la cabeza darme vueltas, pues era el momento preciso para que tanto alcohol me hiciera efecto. Bailamos todos juntos un rato, luego fuimos a la mesa y ordenamos algo más. Entre copas, chistes y mucho baile perdí la noción del tiempo y el espacio, disfrutando de la compañía que tenía.
No sé si fueron las bebidas o la atracción del momento, pero cuando los labios de Edward y los míos se juntaron ya no quise dejarlo ir. Sabía que no era correcto, que era un error, pero lo necesitaba con urgencia.
No sé que ocurrió después, no me importó en ese momento. De lo único que fui consciente, es la puerta de nuestra habitación al cerrase tras nosotros, mientras nuestros labios seguían juntos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario