8 de junio de 2010

Atracción: Capítulo XV

15. La Lucha

Me removí inquieta en el húmedo suelo del bosque. Una salvaje vampiresa estaba sobre mí intentando matarme, por llamarlo de algún modo. Sus ojos estaban negros por la sed y mi olor y simple apariencia humana no ayudaban mucho; su cabello rojo se hondeaba con el viento, dándole un aspecto mas aterrador que el de cualquiera de nuestra especie; sus labios estaban entornados en una mueca horrible que dejaba ver todos sus dientes, y los gruñidos escapan constantemente de su pecho.

Me dedicaba a esquivar exitosamente cada uno de sus ataques, pues los efectos de la mirada de James aun no se dispersaban por completo, impidiéndome concentrarme al máximo y quitármela de encima. Edward gritaba en su mente cuanta blasfemia había aprendido a lo largo de su vida y su existencia, palabras que no usaría con demasiada frecuencia. Gruñía con fuerza y sus ojos antes dorados se oscurecían poco a poco por la furia que lo consumía.

Según registré en sus pensamientos, la familia si subió al avión, sin darse cuenta que yo había desaparecido unos minutos antes y que ahora él me seguía. Por lo que pude captar, Alice estaba enterada de todo y nos tenia la confianza suficiente para dejarnos a cargo.

Un arañazo en la blusa me recuerda donde estoy. Miro con detenimiento la sonrisa en el rostro de mi atacante y luego mi blusa favorita hecha pedazos y por primera vez agradezco traer otra abajo; aunque si esta vampira no me mata, Aro lo hará cuando vea lo que le pasó a su obsequio por mi quinto aniversario de renacimiento.

La empujo con toda la fuerza de la que soy poseedora y su cuerpo se estrella contra un árbol, arrancándolo del suelo y chocando con otro –que también cae- unos metros mas atrás.

-"Victoria"- su nombre resuena en mi cabeza y mi mirada se dirige a James, quien ahora a logrado quitarse de encima a Edward e intenta ver el estado de su pareja...

Su pareja.

Eso explica por qué estaba tan molesta cuando me atacó. El idiota de James me utilizó para molestar a su noviecita –lo que molesto a mi novio- y así poder eliminarme a mí y a Edward.

A mi, por lo de Miranda y probablemente por lo de Laurent. A Edward por interponerse en el momento menos indicado. Victoria solo es un peón más en el juego de mi cazador. Y yo...caí en la trampa, en ambas. La primera por venir aquí y la segunda por perderme en su mirada. Estúpida conciencia que se duerme cuando más la necesito...

Victoria corre a velocidad vampirica desde la zona donde cayó hacia mi, mis ojos antes chocolate ahora son más oscuros y comienzo a gruñir. Ahora si estoy furiosa.

La pelirroja se lanza sobre mí y aunque no estoy segura de si saldré con vida de aquí, si hay algo que puedo asegurar, y eso es: que le voy a dar pelea; ya lo había dicho, matarme no les será tan sencillo.

La brisa comienza a soplar en el claro y la real batalla empieza.

Edward y James se debaten frente a frente. Sus figuras se localizan a unos cuantos metros de mi posición y puedo notar la furia que los impulsa a moverse cada centímetro que lo hacen.

Esquivo a tiempo el ataque de Victoria y con ágiles movimientos comienzo a enfrentarme a ella y defenderme de cuantos intentos hace. Los gruñidos de todos nosotros resuenan entre los grandes troncos y el eco causa terror a cualquiera que pase por ahí.

La lluvia comienza a caer en el pueblo y los truenos disminuyen el sonido de los gruñidos, aun así el claro permanece sin mojarse, algo que favorecerá a los ganadores cuando deban encender el fuego.

Me pregunto quienes serán los vencedores...

Escucho el sonido de algo quebrarse y me giro hacia donde esta Edward, quien ahora sonríe al ver a James incrustado en un árbol a unos 100 metros de nosotros.

James vuelve a atacar, sus pensamientos están bloqueados –aunque yo si puedo leerlos- y sus planes son casi perfectos. Edward ataca con todo lo que tiene, pero sin poder conocer realmente lo que su enemigo piensa lo pone en desventaja.

Victoria me ha colmado la paciencia muy rápido y la desesperación comienza a pasarme factura. Tomo grandes bocanadas de aire –a pesar de no necesitarlas- y me muevo con cautela –cada paso que da ella al frente yo lo doy hacia atrás- hasta que mi espalda topa contra un tronco. Esta es mi oportunidad.

La vampira se lanza con todas sus fuerzas hacia mi figura, oportunidad que tomo para hacer el movimiento final –de esto depende cual de las dos sobrevive- y a una velocidad vertiginosa –incluso para mi- me aparto del tronco, logrando que Victoria se estrelle con él.

Con toda la rapidez de la que estoy dotada, corro hacia ella y tomando sus brazos –y poniéndolos tras su espalda, vil película de policías y ladrones al momento del arresto- la acorralo en el suelo. Tomo el arma que usare para degollarla –la cual ocultaba en una de mis piernas, agradezco haberme puesto pantalón y no falda este día- y así lo hago. Su cuerpo se queda inmóvil y me levanto, soltando el agarre dispuesta a encender la hoguera.

El humo alcanza el cielo en pocos segundos mientras el cuerpo de mi enemiga se vuelve polvo. Ahora pesan en mi conciencia dos vampiresas –Miranda y Victoria- así como un vampiro, que aunque no maté, murió por mi causa –Laurent- quien accedió a darme causa por supuesto, pero porque yo acabé con la existencia de su...pareja...y hablando de parejas...¿dónde está Edward?

Ahora si tengo un problema, Edward no se ve por ninguna parte y James sonríe de forma seductora, llamándome, atrapándome. Pero esta vez no voy a caer, porque si lo hago...él caerá conmigo...no hay escapatoria para ninguno de los dos.

Nuevamente acorto la distancia que nos separa y al estar frente a frente lo abrazo. Su sorpresa hace que momentáneamente baje su guardia, lo que me ayuda a tranquilizarme y revisar de nuevo el plan, al mismo tiempo que me permite localizar a Edward –quien se encuentra oculto tras unos árboles buscando el momento perfecto para atacar- y parece entender lo que planeo.

-James...-mi voz resulta nueva incluso para mi, su tono es tan dulce –empalagoso es lo correcto- y con ese toque de inocencia –que no creía poseer- ante el cual caería todo hombre. Mis movimientos son lentos –táctica de seducción 1: activa- mientras envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y junto mis labios por segunda vez en el día.

Edward me matará por esto -si es que Aro no lo hace primero- o James acabará conmigo –al ver mi farsa- justo ahora.

Y como esperaba, James cae en el juego. Uno de sus brazos envuelve mi cintura –colocando su mano en la parte baja de mi espalda- y con la mano libre acaricia mi rostro. Como la primera vez que nuestros labios hicieron contacto hace tantos años...como la primera vez que dije Te Amo...la primera y la ultima que esas palabras escaparon de mis labios...

Y luego conocí a Edward y el muro anti-amor se vino abajo. Haciéndome olvidar aquella promesa de permanecer sola.

Nuestros cuerpos pierden contacto en un segundo y de un brusco movimiento caigo al suelo -con la respiración entrecortada y la vista un poco nublada- a punto de desvanecerme como el día que vi a Laurent.

Cierro los ojos y dejo a mi cuerpo descansar, lo próximo que siento son unos fríos brazos levantarme y me llega el olor de otra incineración –mientras el humo asciende- y luego todo se pone negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario