17 de junio de 2010

As de Corazones: Capítulo III

Capítulo 3. Destinos Cruzados.

Bella POV.

Alice, Rosalie y yo, teníamos las maletas listas y estábamos a punto de salir de casa cuando el teléfono comenzó a sonar. Pensamos en dejarlo así, pero ante tanta insistencia no me quedó otra que levantar la bocina, solo para toparme con la alegre voz de Emily, una vieja amiga de mis tiempos en La Push y Forks.

-¡Bella!- me chilló Alice desde la puerta, mientras estampaba su pie violentamente contra el suelo. Siempre que se molestaba hacia eso, así que al ver su rostro de dolor, Rose y yo nos reímos con disimulo. -¡Jasper nos espera!- escuché las llaves tintinear entre sus dedos.

-Aunque detesto interrumpir…- la voz de Rosalie me obligó a detener la alegre conversación de Emily un instante. -Debo recordarte que Las Vegas…- me guiñó un ojo -no están tan cerca de aquí.- ¿De qué iba Rose? Son entre cuatro y cinco horas de camino, lógico que no llegaremos tarde…Jazz y los chicos deben estar ahí primero, y conociéndolos, aún no deben salir para allá.

-¿Qué les parece si se van ustedes y nos vemos allá más tarde?- ambas me miraron desconcertadas, pero luego asintieron y escuché la puerta cerrarse. ¡Vaya! No esperaba que se tomaran en serio mis palabras…

-¿Bella?- la voz de Emily del otro lado de la línea me sacó de mis pensamientos. Esos pensamientos donde mataba a mis "mejores amigas" por no esperarme. -¿Sigues ahí?-

-Si, Emily. Lamento eso.- la conversación se prolongó una hora, por lo que tardaría un poco más en llegar a Las Vegas, solo esperaba que nadie se comprometiera hasta que yo estuviera presente. Porque conociendo lo nerviosos que se pone Jasper, y lo eufórica que es Alice, iba a llegar y ya hasta iban a andar en su luna de miel…

¿Qué puedo decir? Así son mis amigos, tan extraños como yo…

Edward POV

Los minutos parecían una tortura, y ya no tenía idea de cuánto tiempo más tendría que esperar. Según mis cálculos, me encontraba a una hora de las Vegas, por lo que mi hermano había tenido tiempo suficiente para mandar por mí o venir él mismo. Y lo más extraño y desconcertante, es que sólo había pasado un coche en todo ese tiempo; un flamante BMW M3 descapotable rojo, en el que iban dos chicas.

Estaba a punto de matar al próximo que pasara, cuando un pequeño Audi A5 Quattro color plata, se detuvo frente a mi auto. Una chica se bajó de él y me sometió a un ligero escrutinio, luego se acercó hasta donde estaba. -Hey.- saludó ligeramente.

-Hola.- contrasté sin entusiasmo.

Me permití observarla un poco. Tenía más o menos mi edad, el cabello castaño oscuro caía con soltura sobre su espalda y sus ojos eran de un profundo color chocolate. Su piel era pálida, aunque sus mejillas estaban un poco sonrosadas, y parecía muy suave al tacto. Vestía unos vaqueros negros y una blusa azul cielo, definitivamente ese color le quedaba estupendo.

-¿Qué le ha pasado a tu coche?- inquirió curiosa. Era la primera persona en mostrar interés en mi problema, aunque tampoco es que muchas me hubieran visto.

-No arranca, mi hermano ha hecho que se sobrecaliente y ahora llegaré tarde.- me encogí de hombros, aunque ella notó mi mal humor.

-¿Vas a las Vegas?- preguntó de repente. Asentí desconcertado. -Yo voy para allá, puedo llevarte o puedo mandar a alguien si te sientes más cómodo de ese modo…- definitivamente era linda y atenta. Parecía una chica inteligente y sencilla, no como las tres mujeres que se habían detenido a ofrecernos un aventón.

-¿Realmente puedo ir contigo?- aún así, seguía impactado. No es común que una chica, decente, te ofrezca llevarte en su coche cuando a penas te conoce. -¿No temes que sea….?- esa duda me rondaba la mente. Ella sonrió divertida.

-No, te ves demasiado educado y molesto para eso.- no pude evitar reírme. Esta chica realmente me agradaba.

Llamó con su celular una grúa y esperamos a que llegara. Esa hora nos la pasamos en silencio, escuchando algo de música mientras el tiempo corría. Tampoco es como si fuéramos a hablar con total ligereza. Parecía algo tímida ahora que me fijaba bien, y algo recelosa si me veía demasiado cerca. Era un poco extraña…

La grúa llegó y se llevó mi auto, me subí al Audi plateado y la vi a ella subir también. La siguiente hora no fue distinta, aunque agradecía profundamente su amabilidad. Ella había hecho lo que mi hermano no podía. Aunque lo más extraño es que ni Jasper se había preocupado por mí…

Solo espero que aún no se lo proponga a Alice…

Bella POV

Aquel chico me resultaba terriblemente conocido y atractivo, quizás lo había visto antes y eso me impulsó a ayudarle. Aunque tampoco es que me sintiera muy cómoda con su presencia, y era por la misma razón, era endemoniadamente guapo y me ponía nerviosa.

En ningún momento pregunté su nombre ni ofrecí el mío, era una de las reglas desde mi ruptura. Nada de chicos. Y eso incluía acercamientos "amistosos" y citas. No iba a permitir que jugaran conmigo de nuevo.

Por razones del destino, nos dirigíamos al mismo lugar: el "Brandon Palace." Una vez llegados ahí, y después de varios agradecimientos, nos separamos para reunirnos con las personas que nos esperaban. Me dirigí a la recepción, donde solicité la llave de la "habitación" que compartiría con mis dos amigas. Y presioné el botón para el elevador.

Pero no estaba vacío, tres pares de ojos me miraban con fastidio y odio. Entré de todas formas, ¿qué más daba?

-Pero miren quién se perdió.- cantó con su chillona voz Jessica Stanley. Me giré hacia ella y sonreí inocentemente. -¿Qué haces en las Vegas, Isabella?- cuestionó molesta.

-Ha venido a probar suerte, te lo aseguro.- repuso Lauren con malicia. Sus ojos azules me miraron con infinita diversión, apreté las manos en puños para no golpearla y provocar un alboroto.

-¿Crees que le resulte fácil?- preguntó Tanya sin apartar su mirada acusadora de mi nuca. -Desde que Jacob Black terminó con ella no ha salido con nadie…- se burlaba de mí y en mi cara.

El hormigueo en las palmas desapareció al tiempo que mi mano impactaba contra la mejilla de Tanya. Sus ojos se abrieron desmesuradamente y sus amigas se quedaron con la boca abierta. Cuando estaban por reclamarme, el elevador se detuvo en mi planta y me alejé. No sin antes escuchar un:

-¡Te vas a arrepentir, Swan!- por parte del trío de zorras.

Tanya Denalí, Lauren Mallory y Jessica Stanley eran miembros del equipo de porristas en el instituto en Phoenix. Chicas populares y orgullosas con fama de prostitutas baratas, pero a fin de cuentas nuestras compañeras. Rose, Ali y yo habíamos probado suerte con las animadoras, y entramos.

Con las prácticas y ensayos constantes fui mejorando mi coordinación, con lo que pronto me coloqué a la altura de Tanya y sus "nenas". Se molestó terriblemente cuando el equipo y la entrenadora me eligieron capitana, puesto que acepté solo para llevarle la contra.

Jessica solía vivir en Forks e iba con nosotros al instituto allá, por eso sabía toda la historia de mi antigua relación amorosa, y con frecuencia ella y sus amigas la usaban en mi contra. Siempre tenían algún comentario que hacer, eran enfermizas. Y pensar que Jess y yo fuimos amigas un tiempo.

Unos fuertes brazos me estrecharon en un abrazo asfixiante, al tiempo que me pegaban a un pecho masculino que conocía muy bien. -¡Bella, qué alegría!- la estridente voz de Emmett Cullen, el chico de Rose, me terminó de devolver a la realidad.

-¡Emmett!- me colgué de su cuello, pues era un muchacho realmente agradable e incluso parecía un hermano mayor y sobre protector. Era perfecto para la acosada Rosalie Hale. -¡Jasper!- canté al toparme con el rostro sonriente del rubio novio de Alice.

Emmett me puso en el suelo y pronto me colgué del cuello de Jasper, con tanta fuerza que casi nos caemos al suelo. -A mí también me alegra verte, Bella.- me reí tontamente y me separé de él.

Siempre reaccionaba de ese modo al estar cerca de mis amigos, y este día nada iba a salir mal. -¿Aún no se lo dices?- pregunté divertida, él negó con la cabeza y suspiré en agradecimiento. -Pensé que ya andarían en la luna de miel…- ambos se rieron y mis mejillas adquirieron un tono rojizo, sin entender por qué.

-Esta noche iremos a cenar y se lo pediré.- cantó Jasper con nerviosismo. -Ustedes serán mis testigos.- negué con la cabeza. Emmett le golpeó el hombro y Jasper se adelantó unos pocos centímetros ante el impacto. Disimulé una sonrisa.

-No debes decírselo frente a nosotros, le quitarás todo el romanticismo.- alegué cansinamente. ¿Cuántas veces tendría que explicárselo a Jazz? -Quiero que escuches bien lo que harás…- asintió receloso y me dejó hablar. -Pondrás el anillo dentro de una rosa roja y vosotros dos irán a cenar a un caro restauran de comida internacional.- asintió de nuevo y Emmett se echó a reír. -Harás que mire en la flor y entonces lo dirás… ¿entendido?- gruñó imperceptiblemente.

-¿Y ustedes?- preguntó buscando un modo de evitar encontrarse solo con la eufórica Alice. Realmente Jasper es una persona nerviosa y la faceta inmadura de Ali no ayuda.

-Nos veremos en el club de siempre. Emmett, Rosalie y yo estaremos ahí esperando por vosotros.- dije sonriente. -A menos que quieran celebrar de otra manera…- la insinuación bastó para que Emmett estallara en carcajadas y Jasper se pusiera de un adorable color escarlata. -¿Han visto a las chicas?- pregunté cuando nos calmamos.

-Están en esa habitación…- señaló la puerta. -Íbamos para allá cuando te vimos.- respondió Emmett. -Me preguntó si Eddie ya llegó.- Jasper se encogió de hombros y sacó su móvil, marcó un número y habló unos segundos.

-Está en la habitación justo ahora.- anunció mi amigo antes de mirarme dudoso con sus ojos azules. Me colgué de su brazo y nos adentramos a la habitación de las chicas Brandon-Hale-Swan. Este era el gran día…

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