10. Sorpresas.
Salí de la habitación cerrando la puerta a mi espalda, mi vista seguía clavada en el suelo y mis pensamientos viajaban en una aventura sin fin, perdidos en algún punto lejano, mientras me reprochaba mentalmente una y otra vez por contarle a Edward mi secreto. Quizás no debía hacerlo. Pero¿era mejor mentirle? Claro que no. Fui honesta y eso es algo realmente importante. Su respuesta ya no depende de mí.
Me dejo caer pesadamente en la cama, mirando el techo de forma distraída. Escucho la puerta principal abrirse y en un segundo llegan a mis oídos los suaves toquidos de Alice frente a mi alcoba. Al no recibir respuesta de mi parte, sencillamente entra.
Se detiene junto a la cama, con su rostro muy cerca del mío, mueve la cabeza en señal de desaprobación y me obliga a levantarme. Sigo sin entender por qué he aceptado la cordial invitación de Alice para ir a un estúpido centro comercial. No es que me molesten las compras, pero tengo demasiadas cosas.
-Alice, perdóname. El tiempo se me ha pasado muy rápido y no me he cambiado. ¿Te molestaría ayudarme a escoger algo?- Es el plan perfecto en todo sentido. No parezco maleducada, me cambio de ropa y le muestro mi closet. ¿Qué puede salir mal?
-Esta bien. Muéstrame tu ropa.-sonrío al escucharla y la conduzco a la puerta que nos guiará a mi sencillo guardarropa.
En cuanto la puerta es abierta y enciendo la luz, la cara de Alice muestra su shock. Mira por toda la habitación maravillada por lo que sus ojos captan. No puedo evitar reír al reconocer en su perfecto rostro la misma expresión que vi en Edward al mostrarle mi colección de discos.
Examina cada cosa que ve. Los colores y estilos. Su sonrisa se hace mas grande a cada paso que da. Esta completamente emocionada. Me siento tranquilamente en la silla frente al tocador, arreglo mi cabello y retoco un poco el maquillaje mientras ella observa todo.
Al cabo de unos minutos, pone en mis manos dos prendas y un par de zapatos. La miro y me muestra su sonrisa mas bella. No hay mucho que pueda discutir con ella. Después de todo lo que ha visto sigue insistiendo en ir de compras. Camino hacia el baño para cambiarme.
En unos segundos estoy de vuelta. El atuendo que ha elegido es demasiado claro según mi punto de vista, siempre uso colores oscuros. El negro y el rojo son mis favoritos, ya lo he dicho y lo he demostrado.
Me miro al espejo sin decir nada. Una minifalda blanca con patoles, una blusa azul celeste estraple con la palabra "Ángel" y unas alas blancas alrededor de las letras, junto con unas zapatillas de tacón bajo del mismo color que la blusa.
Recojo mi cabello en una coleta alta y salimos de casa. Me quedo un poco fuera de lugar al ver frente a mi a Edward y a Jasper, y las puertas del Volvo abiertas. Alice y Jasper intercambian una sonrisa, ella se acerca y entrelazan sus manos. Edward mantiene su mente bloqueada, lo que solo me hace sentirme peor.
-¿Bella, podemos llevarnos Jasper y yo tu coche?-me pregunta sonriendo la menor de los Cullen.
Edward y yo nos miramos una fracción de segundo y él asiente. Por lo menos no me odia y se que quiere hablar sobre algo...
Le entrego las llaves a Jasper y avanzo hacia el volvo. Me subo y cierro la puerta, tratando de bloquear los molestos pensamientos de la feliz parejita. Me frustra mucho lo que dicen sobre Edward y sobre mi.
Ambos desaparecen con mi coche en unos minutos, dejándonos solos, yo en el coche y él parado junto a mi puerta.
Sube sin decir nada y conduce por el mismo camino que han tomado sus hermanos. La música del radio llena el silencio que hemos dejado. Yo no se que decir y él no habla conmigo. Pero aun así, no me siento incómoda.
-Te creo Bella- susurra sin mirarme. No obtiene respuesta de mi parte¿qué puedo decirle?
-Pero¿sabes algo?- me pregunta mientras toma mi mano, nuestros ojos se encuentran. Niego con la cabeza, esperando una respuesta. –Eso facilita todo, Bella.-sonríe, esa sonrisa que tanto me gusta.
-¿Qué facilita?-pregunto algo confusa. Su mente está en blanco, esto es frustrante. Ahora entiendo como se siente él al intentar oír mis pensamientos.
Se detiene en el estacionamiento del centro comercial junto a mi auto. Suelta mi mano y baja velozmente. Abre mi puerta y su mano está ahí, esperando la mía para ayudarme a bajar.
-Facilita...-dice mientras se acerca demasiado a mi cuerpo, dejándome entre el coche y el suyo.- el hecho de que me haya enamorado de ti..-su aliento choca contra mi rostro antes de que sus labios atrapen los míos.
Las sorpresas recién empiezan.
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