22 de junio de 2010

As de Corazones: Capítulo V

Capítulo 5. Yo soy…tú eres… ¡Esto es a lo que llaman destino!

Edward POV

Había escuchado de labios de la mismísima Alice Brandon la "brillante" y "muy original" propuesta de matrimonio de mi mejor amigo, Jasper Hale. Me había reído tanto que casi tiraba los tragos en el camino hasta la mesa donde se encontraban los demás.

Debía reconocer que la nov…prometida de Jazz era una persona de lo más divertida, algo alocada -como me habían contado-, pero a final de cuentas, una chica sumamente especial y perfecta para el rubio de ojos azules. Miré a mi hermano, reía de forma estridente, por lo que supuse que ya conocía la historia con todo lujo de detalle. A su lado estaba una chica rubia, intentando secar las lágrimas que empapaban sus mejillas, sin duda, Rosalie Hale.

Jasper estaba de pie, y una figura delicada que de inmediato captó mi atención, a pesar de no haber visto su rostro, era sostenida entre sus brazos, al tiempo que giraban y reían, solo que ella ocultó el rostro en el hombro de mi amigo y no supe quien era.

-Ella es Bella.- me susurró Alice. -Ella y Rosalie son mis mejores amigas.- una sonrisa dulce se posó en sus labios. Con que esa era la famosa Isabella Swan…

Dejamos los tragos en la mesa y Alice se sentó con Emmett y Rosalie, mostrando con una enorme y presumida sonrisa, su brillante sortija de compromiso. Jasper intentó frenar el movimiento, pero fue algo torpe y ella resbaló. No sabía si la atraparía a tiempo, por lo que intenté tomarla entre mis brazos al tiempo que cerraba los ojos.

Sentía sus dedos ejercer presión sobre mi camisa, y su dulce aliento golpeaba mis labios, asegurándome que estábamos a escasos centímetros. Abrí los ojos lentamente, al tiempo que ella hacía lo mismo. No pude apartar la mirada de sus orbes chocolate, los ojos más expresivos y profundos que había visto en mi vida; y sé que ella se perdió en mis ojos verdes, hasta que supimos quién era el otro.

Ella era la chica del camino, la que se había ofrecido a traerme a Las Vegas. La chica fría y reservada con la que había compartido algunas horas de silencio; la misma que reía entre brazos de mi amigo y se sonrojaba en presencia de mi hermano. La misma que me contemplaba con las mejillas tan encendidas como las mías y el rostro lleno de sorpresa, vergüenza y confusión, tal como estaba yo.

-Veo que ya se conocen.- dijo mi hermano en tono burlón. Al instante ambos nos encontrábamos a una distancia prudente, pero igual seguíamos rojos. Era adorable cuando se sonrojaba, debía recordar eso…

-Edward Cullen.- extendí mi mano hacia ella, y la vi dudar unos instantes antes de aceptarla.

-Bella Swan.- me sonrió suavemente y me guiñó un ojo, por lo visto el aventón quedaba entre nosotros. Nadie pareció notar ese leve gesto, solo Jasper, quien alzó una ceja y me dedicó una mirada profunda y recelosa. Sabía que él protegía a Bella de todo, Emmett me lo había contado.

Ella representaba una muñeca de porcelana para Jasper y mi hermano, al igual que para sus amigas, una hermosa muñeca de mejillas rosadas y piel nívea; pero tenía varios defectos, fisuras que no se curaban y cicatrices que le impedían ser real. Bella había sido lastimada de varias formas -aunque nunca me habían dicho cómo- y le costaba abrirse al mundo, aunque con Jasper, el "señor sentimientos", le resultaba mucho más sencillo.

Intentó apartar su mano, pero yo estaba demasiado ido para soltarla. Cuando escuché la risa de mi hermano, entendí qué pasaba y rompí el contacto; no sin antes volverme a sonrojar. Esta chica era especial y había algo que me atraía hacia ella, como si fuera un imán…

-Alice.- en un instante desapareció de mi campo de visión, dejándome desconcertado, pero pronto la vi lanzarse a los brazos abiertos de la enana de negros cabellos. Ambas reían divertidas, mientras Rose se acercaba y entre ambas -Rosalie y Alice- la rodeaban con sus brazos. Contemplaban el anillo con sumo interés, pero las tres miraban de reojo a Jasper de vez en cuando.

Mi hermano, Jasper y yo nos sentamos juntos y decidimos conversar cuando las chicas anunciaron ir a retocarse. Realmente Jazz se veía feliz, parecía un tonto enamorado…

-Oye, Edward.- me llamó mi hermano con su grave voz. -Buena atrapada.- él y Jasper se reían suavemente, mientras yo los fulminaba con la mirada.

-No es culpa mía que Jasper sea tan torpe.- me justifiqué de forma malévola, viendo al aludido fruncir el ceño. -Tengo buenos reflejos.- me encogí de hombros y bebí de mi vaso.

-Te gusta, amigo.- dijo Jasper con una sonrisa pícara adornando su rostro. -No me veas con esa cara. He notado tu forma de mirarla.- lo fulminé una vez más. Esa chica era extraña, ni siquiera la conocía, no podía gustarme.

-Es bonita.- fue todo lo que pude decir de momento, pero eso no era suficiente.

-Estás mal, hermano.- sentí la mano de Emmett golpear mi espalda. -Ella es hermosa, es dulce, es inteligente…hoy se lo dije, si yo no estuviera con Rose consideraría seriamente pedirle una cita…- enarqué una ceja ante ese comentario. -¿Qué hay de ti, Jazz?- Jasper soltó su vaso y nos miró seriamente.

-Alice es perfecta para mí, pero si no la tuviera a ella, estoy seguro que hubiera salido con Bella hace mucho.- se encogió de hombros y sonrió. -Es cariñosa y en ocasiones infantil…- no prosiguió, y yo sabía que esperaban que hablara.

-Es atenta, y una persona sorprendente, no es como las chicas comunes…no sé si deba decir esto…pero ya nos habíamos visto antes y…- Emmett se atragantó con su trago y Jasper me dedicó una mirada recelosa de nuevo. ¿Por qué demonios la protegían tanto…?

-¿Qué?- me cuestionó mi hermano.

-Bueno. Supongamos que tengo un estúpido e irresponsable hermano mayor que arruina mi coche y me deja dos horas sólo en la carretera.- Emmett me golpeó el hombro y Jasper solo sonrió. -Bien.- gruñí ante su muestra de "afecto". -Bella pasó en su coche y me ofreció traerme a las Vegas, esperó conmigo una hora a que una grúa recogiera mi coche y luego estuvo conmigo una hora más de camino. Nos separamos al llegar a la recepción, pero jamás dijimos nuestros nombres.-

-Eso es una irresponsabilidad por parte de Bella.- dijo Jasper. Lo miré seriamente. -Subir a su coche a un extraño…- negó con la cabeza de modo despectivo.

-No le hubiera…- alegué, pero me detuve de inmediato. ¿Qué importaba ya? -¿Me crees capaz de lastimarla?- dije en plan afligido. Los ojos de Jasper se suavizaron y sonrió con arrepentimiento.

-Tu no, Edward. Pero otros si lo hubieran hecho…- noté el modo en que sus ojos se oscurecían un poco y comencé a preguntarme si alguien la había lastimado antes. Quizás un chico le hubiera hecho daño… solo de pensarlo me ponía furioso…y no entendía la razón.

-No se lo digan.- murmuré, pero aún así se que ambos lo escucharon. -Creo que quería guardarlo en secreto.- se rieron y Emmett se ofreció a traernos otros tragos antes que las chicas volviesen.

-Hola, chicos.- cantó Alice una vez estuvieron con nosotros. -¿Y Emmett?- no pude evitar notar el brillo malicioso en su mirada cuando hizo que Bella se sentara a mi lado.

-Fue por unos tragos, cielo.- Jasper besó su frente y le rodeó los hombros con un brazo.

Mi hermano volvió al instante, trayendo consigo seis vasos con el alcohol más fuerte que pudo encontrar, y se sentó al lado derecho de su novia. Era increíble como se sumergían en sus mundos con solo mirarse a los ojos. Miré a Bella levemente, notando como sus ojos no prestaban atención a nadie ni a nada en concreto, como se encontraba ausente en ese momento, perdida en sus cosas…y me sentía extraño al intentar romper esa burbuja que la rodeaba, pero necesitaba conocerla.

-Hey, Bella.- la llamé en un susurro, procurando que nadie se diera cuenta. Sabía que la música estaba muy alta y no me escucharía, pero lo hizo. Sus penetrantes ojos cafeces estaban puestos sobre mí en un instante, y pronto su expresión se suavizó y sonrió de forma dulce e inocente, dejándome embobado.

-¿Me pasas un vaso?- preguntó de pronto. Asentí, pero no me moví ni un centímetro. -¿Edward?- desperté instantáneamente y pidiendo una disculpa, le pasé una bebida.

Alice POV

-Hey, Alice.- susurró Jasper cerca de mi oído, captando mi atención -siempre puesta en él- de inmediato. -Mira a Edward.- y obedecí, y sonreí.
Desde el primer instante en que lo vi, supe que Edward era un chico distinto. Tenía todo para ser el novio de Bella. Era dulce, caballeroso, atento, servicial, divertido, encantador, apuesto, simpático…y la lista seguía. Me recordaba a uno de esos hombres ficticios que Bella adora de sus novelas románticas. Y el hecho de ser hermano de Emmett y amigo de mi Jasper facilitaba todo, ellos lo conocían perfectamente y podrían asegurarse que fuera bueno para Bells.

-Lo miro, Jazz.- canté de repente, atrayendo la atención de Rosalie, quien llamó a Emmett. -Le gusta.-

-Solo observen como la mira.- dijo bajito Rosalie, todos asentimos.

Vi los labios de Bella moverse suavemente, y casi podía saber el tono dulce de su voz al hablar, pero la música no me permitía escuchar. Vi a Edward asentir y sonreírle, pero no hizo nada después. Bella movió sus labios de nuevo y su ceño se frunció un poco, pude leer el nombre de su compañero en el movimiento. Él estiró su brazo hasta alcanzar una de las bebidas, noté un leve sonrojo en sus mejillas antes de pasárselo a Bella.

-Se ha quedado embobado.- dijo Emmett entre susurros. Bella bebió de su trago y Edward la imitó. Podía notar una pequeña corriente eléctrica entre ellos. Había una atracción ahí, y pronto los iba a acercar.

Como si lo hubiera estado deseando con todas mis fuerzas, una de mis canciones favoritas comenzó a sonar. Y pronto ideé el plan para que terminaran juntos.

Bella y Edward caerían por el otro, o yo dejaba de llamarme Mary Alice Brandon, futura esposa de Jasper Hale.

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