10 de junio de 2010

Atracción: Capítulo XVII

17. Mi respuesta.

Siempre lo he dicho: cuando crees que las cosas van mal, se ponen peor.

Ahora...¿qué hago?

La respuesta es simple: Si o No. Solo tengo que decir una de esas pequeñas palabras, una simple monosílaba y terminaré con esto...

-Edward, yo...-

Bueno, eso no salió como estaba en mis planes. Hagamos un repaso de puntos a favor y en contra de casarme con Edward:

A favor: es lindo, tierno, cariñoso, apuesto, perfecto, un vampiro, me quiere, quiere casarse conmigo, tiene una familia adorable, mis padres lo conocen, salvó mi existencia, se arriesgó por mi, me trajo a Italia, me compró un puma, besa bien...

Ok. Edward tiene mucho a su favor.

En contra: es celoso, tiene un carácter fuerte...creo que es todo.

Ahora vamos a analizarme detenidamente: soy una simple vampira aterrada por la palabra boda.

Puedo resistir el ataque de un vampiro que me hipnotiza, puedo soportar una vampira celosa, el beso de la muerte, una cuñada loca y otra que me detesta, un cuñado divertido y otro reservado, una suegra amorosa y un suegro encantador...y lo que no puedo soportar es que mi novio me proponga matrimonio...

Creo que algo anda mal con mi cabeza. Mas de lo normal.

Talvez los efectos de James aun no desaparecen. Quizás sigo inconsciente y experimento una extraña pesadilla...o estoy en el infierno después que Victoria me mató.

-¿Bella?- su tono preocupado me obligó a mirarlo a los ojos. Estaba decepcionado por mi silencio, casi podía asegurar que le diría que no...pero, ¿lo haría?

-Oh, no. Victoria acabó conmigo, sabía que algo no era normal...-mis delirios parecían entretenerlo, pues su musical risa llegó a mis oídos.

-¿Qué te hace pensarlo, cielo?-

-El hecho de que...espera, ¿me llamaste cielo?-ahora si lo creía...estaba soñando.

-Bella, te amo. ¿Qué necesitas que te diga para que aceptes pasar la eternidad conmigo?-acarició mi mejilla con una de sus manos y cerré los ojos.

¿Por qué me era tan difícil aceptar un compromiso con el vampiro que amo? Casarme significaba estar con Edward para siempre, una eternidad a su lado. ¿A que le temía?
Talvez mi compromiso con James me había traumatizado. O quizás sea que nunca estuvo en mis planes casarme cuando era humana, aunque tampoco lo estaba ser un vampiro y mírenme.

Abrí los ojos para ver el rostro de Edward, sus labios se movían mientras hablaba conmigo, aunque realmente no escuchaba nada de lo que decía. Y creo que mi rostro reflejaba la confusión que sentía porque se quedó callado de repente.

Acorté la distancia que nos separaba y rocé mis labios con los suyos separándome antes de que pudiera corresponderme. Su rostro era la viva imagen del desconcierto, sonreí ante ello. Su mirada no se alejaba de mi rostro, intentando leer en mis expresiones lo que mi mente no le brindaba.

-Edward...-

-¿Si, Bella?-

-Si-listo lo dije.

-¿Si? ¿De que hablas?- Bien, fallé de nuevo. La próxima vez escucharé todas sus palabras.

-Acepto...casarme...contigo...-

-¡Oh Bella! Sabia que dirías eso...¿no se los dije?-la chillona voz de Alice resonó en el bosque.

Y antes de que comprendiera lo que pasaba a mi alrededor ya tenia a mi madre y a Esme sobre mi abrazándome. Alice y Rosalie hablaban sobre la decoración, Jasper y Emmett le dirigían ciertos pensamientos para la luna de miel a Edward, Carlisle y mis tíos sonreían...

Oh, claro. Alice trajo a todos los vampiros de Volterra para presenciar mis desvaríos. Mi cuñada realmente estaba loca...

Aun así le sonreí y la abracé. Su risa sonó alegre cuando tuvo otra visión sobre el día de la boda.

Regresé al lado de Edward y tomados de la mano nos dirigimos a mi cuarto. Una vez allí me tiré sobre la cama a contemplar el techo, él me miraba extrañado...

-¿Te arrepientes de haber aceptado?- su voz sonaba triste y me dolió.

-No me arrepiento, pero no se si estoy lista para casarme-

-Serás una perfecta esposa, Bella.-se sentó en la cama y me obligó a sentarme a su lado. Tomo entre sus manos una de las mías y deslizó por mi dedo un precioso anillo.

-Edward, yo...-sus ojos brillaban por la emoción, así que desvié la vista avergonzada.

-Perteneció a mi madre...fue con el que papá le pidió matrimonio...-

-Oh, Edward. No creo que yo deba...-sus labios me silenciaron y no pude más que rendirme a sus pies.

Pero ahora estaba convencida de haber tomado la decisión correcta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario