Esme POV
El transcurso de Alaska a Forks fue tranquilo. Los cuatro coches iban uno tras otro por la autopista, siendo el último el volvo de Edward.
Edward se impuso al principio y negó la opción de regresar, pero una vez Tanya ofreció que se quedara con ella, mi hijo reconsideró su decisión y salió junto con nosotros. Algo que realmente agradecía.
Esperaba que mi pequeño volviera con Bella y también que ella estuviera bien; pues, desde que nos marchamos y el accidente de su madre, no hemos tenido noticias suyas. Anhelo que no haya hecho ninguna tontería y que sea lo suficiente fuerte para superar lo de su padre.
Mientras Carlisle conducía recordé una de las conversaciones que había tenido con Edward...
-º-º-º-Flash Back-º-º-º-
Edward se encontraba en su habitación escuchando las melodías de Debussy. Claro de Luna inundaba el ambiente mientras él estaba acostado sobre el sillón con los ojos cerrados, en un suspiro escapó el nombre de Bella y mi corazón se oprimió...
-¿Edward...?-mi voz lo obligó a girarse. Se sentó y me dejó un lugar libre.
-¿Necesitas algo, mamá?-
-Hablar contigo solamente...-
-¿Qué pasa?-
-Quiero que me expliques por qué dejamos a Bella de nuevo.
-Es lo mejor para ella y...-
-No, sabes que no lo es, no me vengas con eso- mi tono autoritario hizo que bajara la mirada y suspirara antes de contarme todo.
-No quiero perderla, pero ella debe ser feliz...necesita a alguien más. Cada noche llama a Jacob...y yo no quiero eso...quiero que ella...ella lo extraña y no puedo...tu debes entenderlo. Bella lo ama y yo...-
-¿Estas diciendo que nos marchamos porque ella extraña a su amigo? Estas celoso y te lastimó no escuchar tu nombre, ese es el problema.- me miró con sus ojos tristes, pero no me detuve. –Ahora la haz lastimado de nuevo. ¿Crees que estará mejor lejos de nosotros, estando todo listo para la boda?-
-Si, lo creo-
-No sabes cuanto te equivocas- y sin decir nada más, me levanté y salí de rumbo a la sala.
-º-º-º-Fin del Flash Back-º-º-º-
-Esme, ya llegamos- Carlisle me hablaba dulcemente después de notar que llevaba perdida en mis pensamientos bastante rato. Sonreí y luego bajé del auto, viendo mi casa después de tanto tiempo.
Entramos a ella y dejamos nuestras cosas en las habitaciones. A los minutos de haber subido Alice pegó un chillido y luego la escuché sollozar una vez Jasper estuvo junto a ella. Todos nos dirigimos al cuarto de nuestra vidente y nos congelamos en la puerta al entender la razón de su alteración.
Las invitaciones de la boda estaban hechas pedazos, los trozos permanecían en la caja, un poco borrosas por el llanto de Bella al romperlas. El vestido no era distinto, estaba roto y se encontraba dentro de la bolsa de plástico.
Me cubrí la boca con una mano y escuché los sollozos de Alice y los gruñidos hirientes de Rosalie. Las tres nos giramos a ver a Edward con miradas dolidas, mientras que los chicos lo hicieron con unas furiosas. Él no dijo nada, se dio la vuelta y se encerró en su cuarto, poniendo música en alto para no escucharnos.
Me dolía ver que Bella había venido a casa en nuestra ausencia, pero ¿no era eso lo más lógico? Estaba herida por el sufrimiento de mi pequeña y por el de Edward mismo; y a la vez, estaba furiosa con él...por orillarnos a esto y lastimar por segunda vez a tan inocente criatura. Me abracé a mi esposo y salimos de ahí.
Carlisle POV
Mi esposa y mis hijas se encontraban muy tristes. Los sollozos de Alice se escuchaban por toda la casa y la furia de su marido nos ponía a todos de mal humor; Rosalie estaba encerrada en su habitación rompiendo espejos, mientras que Emmett intentaba calmarla o no golpear a su hermano; Edward no prestaba atención alguna a lo que a su alrededor estaba pasando, la música resonaba en la usual tranquilidad en nuestro hogar y solo era competencia para los gritos de las chicas; Esme –por su parte- se encontraba calmada, limpiaba todo rastro de polvo en la planta baja –una y otra vez impulsivamente-, eso era una especie de colapso nervioso en mi esposa.
Yo intentaba controlarme lo mejor posible, pero el ambiente estaba tenso por culpa de Jasper y todo nos resultaba mas complicado. Estaba igual de dolido que el resto, pues Bella había caminado por estos mismos pasillos buscando alguna evidencia de nuestra estancia que -obviamente- no encontró al momento de su visita.
Entré a mi oficina y tomé un libro. Las horas comenzaron a pasar. Pensaba en todo lo acontecido desde la llegada de Bella a nuestro mundo y todo el sufrimiento por el que pasó para estar a lado de Edward, y el que pasó –y pasaba de nuevo- al estar lejos de él. Era asombrosa la dependencia que tenían uno del otro y de repente...
El sonido del teléfono me hizo regresar al mundo real. Contesté velozmente y la noticia fue devastadora...
Una vez colgué, llamé a toda la familia a la sala y les comuniqué lo que ya debían saber:
-Charlie ha sufrido un infarto. El hospital me ha pedido que sea su médico.-
Todos en el hospital sabían de nuestro regreso a Forks y me recibieron con los brazos abiertos. También conocían mi relación de familia con Charlie y creyeron que seria mejor que yo cuidara del padre de la prometida de uno de mis hijos.
-Oh, no. Bella, ella debe...-la dulce voz de Esme estaba cargada de dolor y con cada palabra que escapaba de sus labios nos sentíamos peor.
-Debo irme justo ahora. Nos vemos después, y por favor, no cometan ninguna imprudencia- mi advertencia iba dirigida hacia Jasper especialmente, pues de seguir alterando a sus hermanos algo malo íbamos a sacar de todo esto.
Entré en mi coche y conduje al hospital, una vez ahí consulté el reloj: aun no eran las seis de la tarde. La visión de Alice anunciaba el fallecimiento de Charlie para la noche del viernes, algo bueno –aunque no fuera lo correcto decirlo- considerando que hoy era miércoles, al menos nos daría tiempo de ver si las cosas cambiaban y de apoyar a Bella para lo que se avecinaba. Contábamos con dos días para prepararla.
Realicé los estudios correspondientes a Charlie. Su corazón latía cada minuto más lento y comencé a dudar que sobreviviera hasta el viernes. Mis ojos viajaban del rostro tranquilo –aunque algo pálido- del jefe Swan hacia los aparatos que leían el ritmo de su corazón y el respirador artificial que lo ayudaba.
Seguí en el hospital. Saludé a mis compañeros y me presenté a los nuevos trabajadores. Los minutos fueron pasando y yo seguía vagando por los pasillos, esperando ver entre ellos el rostro de Bella. Caminaba distraído, solo buscándola.

-Bella...-susurré su nombre y noté como su cuerpo se tensaba al observarme en el vidrio.
Su figura se giró y quedamos frente a frente. En su mirada no noté rastro alguno de tristeza o alegría, solo un vacío frío e indiferente que me dolió. El brillo de sus ojos se había apagado y solo podías percibir un pequeño –casi imperceptible-sentimiento de preocupación por su padre.
-Isabella.- otras cinco voces se escucharon en el pasillo, rompiendo el contacto que teníamos. Giró su rostro y la imité, encontrándonos con tres chicos y dos chicas con el estilo dark, y los reconocí por el dibujo que mi hija hizo después de haberlos visto en una de sus visiones.
Esa era la relación que tenían con nosotros: Bella. Pero ella ya no era nuestra Bella, ahora era su Isabella.
Los cinco posaron su mirada en mi unos segundos y luego volvieron a mirarla a ella. Uno de los chicos se acercó a la figura de Bella y tomándola por el mentón besó sus labios, antes de alejarse de ella le dio un apretón a su mano y la acercó a la puerta...dándole ese apoyo que nosotros deseábamos darle.
Mientras cruzaba la puerta sus ojos buscaron los míos y una sonrisa triste cruzó por su rostro.
-Gracias por intentarlo, Carlisle.-su voz resonó en el pasillo y en mi cabeza varias veces, dejándome completamente helado. Ella sabia que solo podía intentarlo...estaba segura de cómo acabaría todo. Al parecer Bella seguía siendo muy suspicaz...
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