8 de junio de 2010

Atracción: Capítulo XVI

16. El Resultado.

Desperté unas horas después en una habitación oscura, y completamente sola. Miré con detenimiento todo a mi alrededor para intentar verificar si me encontraba en el lugar que creía que me encontraba. Si, estaba algo confundida.

Escuchaba voces a mi alrededor –mejor dicho pensamientos- pero no con la claridad suficiente como para decir de quien era cada uno. Me sentía fuera de lugar, y lo peor de todo, no recordaba quien había ganado. Creo que acabé con Victoria...o quizás ella acabó conmigo y ahora estoy muerta –más de lo normal- y este es el lugar a donde nuestra alma –o lo que sea- se dirige.

Cierro los ojos y me dejo caer en la cama sobre la que...un momento, si esto es el infierno o lo que deba ser...¿por qué hay una cama? Abro los ojos de golpe y caigo en la cuenta. Estoy en mi cuarto...en Italia...en Volterra. Oh, vaya. Y yo pensando en el final de mi existencia...

Tonta, Bella.

Pero, si se supone que me desmayé en medio del campo de batalla, después de haber matado a una vampira aterradora y dejado a otros dos luchando...¿por qué estaba sola? Alguien debería estar aquí cuidando que regrese al mundo real... alguien como mis padres, o Alice, o Ed...

Edward va a matarme.

-Oh, Edward. Cuanto lo siento. Soy una idiota.-

-Eres mucho más que eso-

Su aterciopelada voz y el sonido musical de su despreocupada risa inundan el cuarto, llenando de luz mi oscuridad.

-Lo siento...haber escapado, desconfiar de ustedes, lo de James...-solo por mencionar algunas cosas.

-Fuiste muy tonta, Bella. Pensé que te perdería-

-Y yo pensé que me ibas a asesinar por lo que pasó en el claro con James...-

-Estaba furioso cuando vi eso...no sabes cuanto-

-¿Qué pasó con James?-

-Decidió hacerle compañía a Victoria-

Un suspiro de alivio salió de mis labios. Al menos nadie intentará darme caza por algunos meses...a menos que James y Victoria tuvieran más hermanos o Laurent otra pareja...o talvez mis tíos me impondrían un castigo por haber escapado del aeropuerto a velocidad vampirica habiendo tanta gente...o por iniciar una lucha en el bosque, o...

-Bella...gracias por ayudarme-

-Uh?-

-Cuando lo engañaste...¿por qué lo engañabas, verdad?-

-Claro que si. ¿Pensaste algo más?-ahora me podía dar el lujo de mirarlo divertida y sonreír.

-Es solo que bueno...él recordaba cuando ustedes eran...pareja...-

La sonrisa desapareció de mi rostro al escucharlo...pobre James. Y siento aun más pena porque yo recordaba lo mismo.

-Él fue mi primer amor, él que me dio mi primer beso y...mi prometido-la tristeza en mi voz era palpable en e ambiente y él lo notó –y aun no se como llegué tan lejos con él...quizás por que aun no te conocía...-

Sonrió para mi. Esa sonrisa torcida que ponía mi mundo de cabeza. La que me hacia adorarlo más.

-Creo que debemos avisarle a los demás que despertaste...-dijo poniéndose de pie.

Oh, no. Acabo de decir algo importante y él va a escapar. Se nota que no me ha terminado de conocer.

-Edward Cullen, van acá.-dije al mismo tiempo que le deba alcance y me ponía frente a él, acortándole el paso.

Se rió de mi.

Parece que a todos los vampiros que conozco les gusta humillarme...

Pero Bella Swan no se va a quedar sin hacer nada.

Me lancé –prácticamente- a su cuello y apreté mis labios contra los suyos. Sus brazos se cerraron sobre mi cintura, atrayéndome más hacia él.

Mis labios se movían insistentes sobre los de él, pidiendo más profundidad.

Su lengua y la mía danzaban a un solo compás mientras me aferraba a sus hombros. Por primera vez agradecía no necesitar el oxigeno.

Y así estábamos, besándonos en medio de mi habitación, disfrutando el momento. Cuando la puerta se abrió...

Los Cullen, mis padres y los Vulturis nos miraban divertidos, e incluso se oían unas risitas provenientes de Alec y Jane y unos silbidos de Emmett y Demetri. Me separé rápidamente de él y agaché la mirada.

-Se los dije...les dije que estarían ocupados...¿por qué nadie me escucha?- decía una Alice sonriente, con un tono inocente que daba a entender quien los había guiado hasta mi cuarto.

-"Y eso que no les conté mi visión sobre la boda"- intentaba bloquear la pequeña duendecilla de la mente de su hermano, quien por ciento no había leído ese pensamiento.

Ja, pobre Alice...pensando que con bloquear su mente no voy a leer sus pensamientos sobre mi boda con Edward...

Boda con Edward. Boda. Edward. Ambos. Tu y él. Los dos. Casarse.

-Oh no, eso no va a pasar...- pensé, para mi mala suerte en voz alta.

-¿Qué cosa, Bella?-oh oh. Busca una salida fácil, Bella.

-Mmm, tengo que salir. Con su permiso- y salí caminando a paso humano de la concurrida habitación, pero al doblar por el pasillo choqué con algo –alguien en realidad- y caí al suelo.

-Lo siento, Heidi-me disculpé mientras me ponía de pie y salía a toda velocidad de ese lugar. Corrí sin rumbo y cuando me di cuenta me encontraba en el bosque a las afueras de Volterra.

Una boda no estaba en mis planes.

Bien, lo admito. Que un vampiro pretenda matarme...claro: acepto y me reúno con él. Que una vampira celosa me ataque..si por supuesto: me defiendo y acabo con su existencia. Que mi cuñada vea en el futuro que me caso con su hermano...eso no: salgo huyendo de mi hogar y me refugio en un bosque.

Si, soy una cobarde.

Permanezco unos cuantos minutos sola bajo la sombra de un árbol. A nadie le molestará que me ausente un ratito más...al menos de ese modo Alice no podrá contarle a nadie su visión y si lo hace la afortunada novia no estará presente.

-Bella, ¿dónde estas?-la voz de Edward hace eco entre los troncos.

-Aquí...-suspiro cansinamente mientras bajo de un árbol y quedo frente a él.

-¿Por qué huiste?-

-Esto..veras...yo...-

-¿Bella?-

-Solo quería tomar un poco de aire fresco después de la acalorada pelea y bueno, que mejor que venir al bosque a tomar un poco sobretodo si estuve algunas horas –demasiadas horas- dormida por culpa de James y después de un viaje en avión hasta Italia –que por supuesto no presencie- y bueno ¿por qué habría un problema con ello?-si, lo reconozco, cuando me pongo nerviosa hablo sin parar y nada tiene sentido.

-Bella, hay algo que quería preguntarte...-

Edward no estaba pensando en ello, eso era malo para mi..la fiel amante de espiar la mente ajena.

-¿Qué cosa, Edward?-

-Bella, ¿aceptarías ser mi esposa?-

Sabia que algo malo iba a decirme. ¿Ahora qué hago?

De mi respuesta depende todo...

-Edward yo...-

No hay comentarios:

Publicar un comentario