10 de junio de 2010

Un Nuevo Comienzo: Capítulo XVI

Capítulo 16. Sueño Profundo.

Bella POV

Los días parecían correr más lentos de lo normal. El trabajo ya no era una distracción, solo un castigo; las horas sola en casa no ayudaban mucho, porque la visita de Alice y Rosalie seguía presente en mi mente; y por las noches, al verme incapaz de dormir, no dejaba de repetirme las mismas preguntas…y la solución estaba ante mí, pero me negaba a verla realmente. ¿Podría a caso volver con los Cullen, con Edward?

¿Cuántas veces puede romperse un corazón y esperar que siga latiendo? 

No muchas, me dije a mi misma. Es imposible que me recupere de todos los pesares en un instante. Desde que he llegado a Forks, solo me he metido en problemas y han ocurrido cosas que ni en mis peores pesadillas creí posibles. El encuentro con un clan de perfectos vampiros desencadenó todos los hechos que acontecieron después, quizás el haber aceptado vivir con Charlie fue lo incorrecto….pero, ¿realmente lo creo?

Hubo semanas, meses incluso, donde fui feliz, aunque ahora parezcan tan lejanos. Acaso, todo este mundo de sombras y magia, ¿hubiera sido posible de no encontrarme aquí? La respuesta es simple, no. Todo hubiera seguido un curso normal, donde los misterios serían solo eso, misterios. Seguiría teniendo como ejemplo vampirico a Drácula, y jamás hubiera imaginado a seres tan perfectos y amables como los Cullen.

Entre más pensaba, mas cuenta me daba de todos los errores que habíamos cometido, tanto ellos…como yo. Y no eran pocos, y los míos eran peores.

Mientras limpiaba uno de las vitrinas, alcancé a ver mi reflejo en el vidrio. Los ojos chocolate estaban más brillantes y los pómulos un poco enrojecidos, mi rostro tenía mas color…estaba más viva. La palidez habitual ya no era tanta, sino la misma con la que había llegado al pueblo. El cabello me llegaba a los hombros, ya no estaba tan corto, pero tardaría un poco mas en crecer; y a pesar de no ser aquel castaño con el que todos me conocieron, seguía siendo yo misma…el mismo rostro, el mismo cuerpo, y sobretodo…el mismo deseo de ver a Edward…

Ya no importaba lo que pasara…quizás las cosas iban a cambiar.

-Hey, Isabella.- me llamó Bibiana, mientras se paraba a mi lado. -¿Cuándo les dirás a los demás?- sus ojos mostraban curiosidad, algo extraño en ella. Pero no era la única que había comenzado a actuar distinto la ultima semana. Los rostros de los chicos ahora se notaban más felices, como si todo el mundo oscuro fuera una ilusión. Tomás y yo lo habíamos dejado en paz el lunes en la tarde, él encontró a alguien más y yo…yo necesitaba regresar a mi realidad.

Una realidad repleta de seres mitológicos; trágicos y pocos convencionales problemas de la vida adolescente.

Creo que el lado "normal" de todos estaba emergiendo desde el lunes, cuando Carolina anunció su primer mes de embarazo. Creo que su lado maternal está emergiendo, incluso hemos ido ya de tiendas para ver lo necesario. Su ilusión por el bebé me recuerda a Rosalie, y el gusto de Bibiana, a Alice. Y que decir del afortunado padre, cuando supo la noticia pensé que iba a desmayarse, y nosotros, reíamos…pero no de burla, sino felices…

Ellos marcaron mi vida, me trajeron de vuelta…de un modo poco correcto, pero me ayudaron a sobrevivir. Y yo, yo marqué las suyas, ensañándoles que siempre hay nuevas oportunidades…

Y yo me iba a dar otra, para ser feliz, para intentarlo.

Y si fallaba, no me iba a arrepentir, porque lo intenté.

-¿Decirles, el qué?-mi rostro dejaba ver claramente el desconcierto que estaba sintiendo.

-Oh, vamos, Bella.-dijo regalándome una sonrisa. ¿Es mi imaginación o me ha llamado Bella? Quién es ella y donde esta Bibiana. –Te conozco lo suficiente para saber que vas a dejarnos...-

-¿Cómo?-pregunto todavía pasmada. -¿Sabes que voy a...?-

-Volver con él.-una sonrisa se extendió por su rostro. –Carolina también lo sabe, creo que todos lo saben...pero igual estamos esperando la noticia. Aunque ya no estés con nosotros, serás la madrina del bebé de Caro, ¿verdad?-

-¿Madrina?-pregunté sorprendida. –Pero, que hay de...-

-No seas tonta. Tu y yo somos sus madrinas, y Jonathan y Tomás sus padrinos. ¿No es eso lindo?-asentí aun mas sorprendida que antes.

-¿Desde cuando me llamas Bella, Bibi?-cambié el tema rápidamente, pero no por eso no sentía curiosidad.

-Desde que tu me llamas Bibi.-dijo riendo, y la acompañé. –Creo que todos hemos cambiado...-mientras hablaba, el resto de los chicos se unieron a nuestra pequeña conversación.

-Es culpa de Bella.-dijo Jonathan mientras abrazaba por la cintura a su novia, quien poco a poco iba cambiando de color. Si es cierto que llevaban mucho tiempo como "pareja" y tenían todas las experiencias como tal, ahora que en verdad se habían confesado y eran novios reales, todo era distinto.

-Si no hubieras llegado, todo sería como antes.-dijo Antonio en tono de reproche, mientras su embarazada compañera lo miraba interrogante. –Me alegra que lo hicieras.-dijo después.

-Oye, Bella.-la voz dulce de Carolina me hizo mirarla. –Aceptarás, ¿cierto?-

-¡Oye, apenas tienes cinco semanas!-le recriminé de forma exagerada y ella se rió. –Para cuando nazca, ni siquiera te acordaras de mi.-dije sentida.

-Eres lenta, ¿lo sabías?-la voz de Tomás me sacó de mi mal actuado papel. –Claro que te recordará, puede que sea tonta, pero no tanto para olvidarte.-se ganó una mirada asesina de la nombrada y una risa general del resto.

-¿Todos saben que me voy?-pregunté curiosa. Ellos asintieron y sonreí. –Los extrañaré chicos.-dije seria.

-Hey, no exageres.-dijo Bibi felizmente. –Hoy es nuestro último día juntos, nuestra última "fiesta", la tocada chicos...-dijo entusiasmada y nadie le prestaba atención. -¡Oh vamos!-chilló molesta y se cruzó de brazos.

-Una vez mas...-dije riendo. –Y luego nos separamos...-

-Vale, Isabella. No te pongas dramática.-bufó Antonio y me señaló mientras ponía los ojos en blanco.

-Va...le- separé la palabra en dos sílabas y puse los ojos en blanco.

Alice POV

Nada. Ni rastro de Bella, ni planes de volver. Me estaba volviendo loca. Desde nuestra marcha, me resultaba muy difícil mirar en su futuro, y hoy que necesitaba "echar un pequeño vistazo" no me era posible.

Después de varios gritos, gruñidos, quejas, jarrones rotos y regaños de todos los miembros de la familia, me di por vencida.

Sentada sobre la cama de mi cuarto- ojeando una revista de moda- con Jasper sobre el suelo mirándome, fingí estar serena y concentrarme en las compras de la semana, pero me resultaba imposible. Quería ver a Bella. Y la quería ver ¡ahora! Eran alrededor de las dos de la tarde, lo que significaba que Bella aun andaba con sus compañeros de trabajo y su "novio". Estaba enterada de la tocada, y la visión sobre la misma ya no se repetía más.

Pero yo no me encontraría así si el idiota de Edward nunca...

-¡Alice!-escuché un grito desde la habitación de mi "adorado" hermano.

-Déjame en paz, Edward. Todo esto es tu culpa.-

-Alice, amor, tranquila.-susurraba Jasper, al mismo tiempo que trazaba con sus dedos pequeños círculos sobre mi fría mano.

-Quiero que vuelva.-dije haciendo un puchero. Él me dedicó una sonrisa.

-Todos lo queremos, cielo.-dijo muy serio, pero al mismo tiempo en modo de regaño. –En especial el idiota de Edward.-estallamos en risas. Un gruñido se escuchó cerca de nuestra puerta, pero no le dimos importancia.

Rosalie POV

Bella.

¿Por qué demonios estaba pensando en ella?

Con toda seguridad puedo afirmar que no piensa en regresar con nosotros. Y aunque me disguste admitirlo, deseo que lo haga. A pesar de pasar tanto tiempo con ella, cuando mi hermano no era tan tonto como para dejarla, nunca me acerqué lo suficiente para entablar una amistad como la que mantienen –o mantuvieron- ella y Alice. Ahora, después de meses sin ella, me he dado cuenta de lo necesaria que es para la familia.

Deseo desde lo mas profundo de mi corazón, que la pequeña charla que mantuvimos en su casa el pasado domingo, le haya hecho algún bien. Porque, aunque sea la única que lo cree fielmente, ella nos ha estado engañando desde que regresamos. Puedo confirmar que lo de las drogas no era falso, que sus amigos no son buenos compañeros y que su vida no es perfecta.

Así intente esconderlo, en lo profundo de sus ojos se nota toda la falsedad. Ella nos miente para protegerse, y lo que mas me duele, es que quiere protegerse de nosotros, de todos nosotros.

Nos tiene tanto miedo que no soporta la idea de mantenerse cerca. Ni cuando supo lo que realmente somos estuvo tan asustada, por el contrario, se vio mas aliviada de conocer nuestro secreto.

Solo espero, que las cosas salgan bien.

Esme POV

Escuchaba a Alice y a Edward quejarse desde la planta baja. Alice debía de estar chillando en su mente, pues Edward respondía con gruñidos cada vez mas fuertes. Me pregunto, ¿cuándo irá a parar todo esto?

Gracias a Bella pudimos conocer lo que era la verdadera felicidad, todos nosotros, pero sobretodo mi primer chico. Y ahora, que la luz de nuestra estrella ya no brilla en nuestro cielo, todo anda patas arriba. Ella era nuestro medio para ser felices, para estar en paz, aunque siempre hubiera problemas que resolver y retos que enfrentar.

Todos deseamos su regreso, incluso Rosalie, que era la menos apegada a mi niña. Creo que el tiempo lejos nos ha ayudado a comprender el sentir de Bella, todo lo que ha pasado la pobre nos ha enseñado una nueva lección, solo espero...este de vuelta pronto.

Bella POV

Caminábamos por un oscuro callejón, Carolina y Bibiana a mi lado, el lugar habitual donde le comprábamos a nuestro amigo la mercancía. Esta vez nos tocaba a nosotras surtir, algo poco habitual, ya que siempre era Antonio el que se encargaba. Creo que tenían algo entre manos. La mas nerviosa era yo, tenia un mal presentimiento sobre todo aquello, pero era la última cosa que haríamos todos juntos.

Vale, ya me estoy poniendo sentimental de nuevo.

-Hey, date prisa.-dijo Bibiana, quien al parecer no estaba tan serena como parecía.

-Hola, chicas.-dijo Luis, mirándome de arriba abajo, igual que siempre. -¿Qué necesitas, Isabella?-

-Lo de siempre, Luis.-dije aparentemente relajada, aunque ahora que ni de novia andaba con Tomás, me sería más difícil sacármelo de encima.

Puso el encargo en las manos de Bibiana, quien intercambió una mirada con Carolina. Ésta última me pasó el dinero y lo dejé en manos del primo de Antonio.

-Oye, Isabella.-tomó con fuerza mi muñeca y me paralicé un instante. -¿Vienen los chicos con vosotras?-antes que pudiera mentir, Carolina negó. –Vale, yo las llevo.-

El lugar estaba lleno de gente, la música era estridente y te dejaba sordo al entrar, las luces centelleaban en la oscuridad y el humo cubría todo. Nos movimos entre la gente, buscando a ciegas a nuestros amigos, aunque lo que Luis buscaba era una oportunidad de estar solo conmigo. Uno de sus brazos envolvía mi cintura, apegándome a él. Podría haberme apartado, pero me era de utilidad tener un guía en semejante ambiente. Pero si intentaba pasarse de listo, Tomás iba a encargarse de matarlo. De eso me encargaba yo.

Por fin, después de escasos segundos que me parecieron una eternidad, llegamos a una apartada habitación. En ella nos esperaban los chicos, sonrientes y...mas perdidos de lo normal. Al parecer, ellos y otros pequeños grupitos, habían empezado la fiesta sin nosotras.

En una esquina estaban dos parejas, devorándose las bocas entre ellos. Y en otra, estaba otra pareja, jugando...si entienden, ¿no?

Tomás, Antonio y Jonathan se encontraban recargados en una pared, se gastaban bromas entre ellos y reían como idiotas. Me pregunté, si yo me veía como ellos cuando no estaba en mis sentidos. Les aventé las compras de la noche, y nos sentamos frente a ellos.

Tomás me sentó sobre su regazo y me besó, como cuando salíamos, pero en vez de molestarme se lo agradecí interiormente. Luis nos miró solo unos instantes, y al ver quien me cuidaba, se marchó.

Las puntas de tres agujas brillaron en la oscuridad, y el sonido de la heroína pasando por ella se escuchó sobre el silencio. "La última vez", pensé al sentirla atravesar la piel de mi brazo. Mis sentidos se apagaron y no fui consciente de la realidad.

No se que tanto hicimos, cuantas veces las agujas me picaron...lo único que sé es, que en cierto momento todo se volvió oscuro y los sonidos se pararon.

Estaba de nuevo en un pozo sin fondo, pero esta vez, no iba a poder escapar. La voz de Bibiana pronunció mi nombre preocupada antes que mis ojos se cerraran, pero ya era demasiado tarde para hacer algo. Este era el final de mi existencia, lo que tanto había deseado, por fin se veía cumplido.

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