7 de junio de 2010

El Despertar de una Estrella: Capítulo IV

Capítulo 4. Acercamiento. 

El desfile terminó antes de lo esperado. Toda la ropa fue vendida a dos chicas, Alice y Rosalie. El evento había sido organizado con el propósito de recaudar fondos para una asociación de niños con discapacidades, y mientras contaran con "Is Swan", el objetivo sería cumplido. El dinero superaba la cantidad estipulada, por lo que la Srita. Swan tenia razones para encontrarse feliz en esos momentos, aunque pocas veces lo fuera. Este era uno de esos momentos que tanto disfrutaba de su existencia, el poder ayudar a los demás.

Se cambió de nuevo, ahora vestía una falda negra, globito, sobre la cual llevaba un cinto negro con adornos plateados, típicos cintos punk en estos tiempos; una blusa color rojo quemado, de tirantes y ajustada, con adornos de encaje negro; calzaba unos converse altos negros con agujetas del color de la blusa; el cabello recogido en media coleta, y sin maquillaje. Al hombro traía su bolso, hablaba animadamente por su celular mientras avanzaba por los pasillos, dispuesta a acercarse a los Cullen. Éstos, se encontraban de pie en uno de los pasillos, esperándola. Pues la "menor" de los Cullen había tenido una visión donde ella hablaba con ellos, y obviamente, no iban a perder la oportunidad. Alice llevaba en sus manos una cámara digital, estaba decidida a no apartar el flash de la "diva" en ningún momento.

-Nos vemos en unos meses. Hasta luego.- esas fueron las últimas palabras que pronunció la modelo antes de colgar su teléfono y mirar con sorpresa a la familia frente a ella. Estaba por saludarles cuando el disparo de un flash la dejó con la mente en blanco. La "enana" saltaba en su lugar alardeando de tener una foto de la chica.

Isabella se quedó sin habla unos instantes. Cuando se recuperó e intentó hablar de nuevo, fue interrumpida.

-Discúlpela, Srita. Swan. Pero mi hija es una gran admiradora suya, y es algo impertinente.- la dulce voz de la mujer de cabello color caramelo le recordó a su madre y a su suegra. La mujer la miraba con una sonrisa avergonzada dibujada en su hermoso rostro en forma de corazón.

-No hay nada que perdonar.-dijo la muchacha ante las palabras de la "madre" de Alice. –Aunque estoy segura que Alice preferiría tomarse una foto conmigo, que tomarme una a mí sola.- en el rostro de la nombrada se dibujó una sonrisa y le extendió la cámara a su novio.

-¡Recordaste mi nombre!-dijo feliz la de ojos dorados después de ver el flash.

-Claro que lo hice. Eres Alice Cullen.-sonrió dulcemente. –El chico con la cámara es tu novio, Jasper. Ella es tu hermana Rosalie, tu cuñada, y el que está a su lado debe ser tu hermano Emmett y el novio de Rose. Ellos son tus padres, Carlisle y Esme y él, es tu hermano Edward. ¿Me he equivocado con alguno de los nombres?-preguntó educadamente y con la curiosidad brillando en sus orbes color chocolate.

-Haz acertado a todos, incluso con las parejas.- rió encantada Rosalie. -¿Cómo recordaste todo eso?-la pregunta escapó de sus labios sin pensarla. Todos los de la familia la miraban asombrados, pues Rosalie Hale no se relacionaba con humanos nomás porque sí.

-Los nombres fueron sencillos, la foto que me mandó Alice lo resolvió todo, y las miradas entre ustedes confirmaron mis sospechas.- respondió con simpleza. –Aunque ya me conozcan, no está de más presentarse como es debido. Mi nombre es Isabella Swan, y estoy encantada de conocerlos.- una sonrisa tímida se formó en sus labios, sus ojos buscaron los de Edward, intentando descubrir un atisbo de reconocimiento ante su nombre, pero nada.

-Nosotros estamos encantados de conocerte, chica.-respondió por todos Emmett para después soltar una carcajada que atrajo la atención de varias de las personas aun presentes.

-Pueden llamarme Bella.-les dijo. Ellos sonrieron.

-Is, ¿podemos irnos o...- Lizzy hizo acto de aparición e interrumpió la conversación que estaba por dar inicio.

-Oh, Lizzy. ¿Qué te parece si tu y Ed se toman el resto del día? Me gustaría que mis nuevos amigos me acompañaran a casa un rato. Claro, si están de acuerdo. –en sus ojos brilló el acierto al notar la sonrisa de las hermanas Cullen.

-Será un placer, Bella.- le respondió Carlisle.

-Pero, ¿quieres que traigamos el coche...?-Lizzy estaba un poco confundida. No entendía por qué su amiga deseaba marcharse con un grupo de desconocidos, pero al poco tiempo se dio cuenta que también eran vampiros. Y reconoció al mayor, Carlisle, uno de los amigos del amo Aro.

-Nosotros podemos llevarte.-comentó Edward. Hablando por primera vez en todo el rato. Algo tenia esa chica que le resultaba atrayente, quizás el hecho de no poder leer su mente o el de sentir que la conocía de antes.

-Gracias.-fue todo lo que dijo antes de empezar a caminar junto con ellos hacia el estacionamiento.

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-Me gusta tu coche, Edward.-las palabras salieron de sus labios veloces.

-Gracias. Estoy seguro que el tuyo es mejor.-dijo un poco frustrado al no saber lo que pensaba realmente. Por alguna razón que no conocía, habían terminado los dos solos metidos en su volvo, siendo seguidos por el mercedes de su "padre" y el M3 de su "hermana".

-En realidad, aun no compro un auto. Llegué hace una semana y no he tenido muchas ganas de salir.-dijo con sencillez. Él la observó unos momentos, intentando leer en sus facciones lo que su mente no le permitía. -¿Qué modelo crees que debería comprar? No se mucho de autos y...tu entiendes a lo que me refiero- su dulce voz rompió el silencio que se había formado y trajo de nuevo a la realidad a su compañero.

-Puedo acompañarte a la agencia, si lo deseas.-contestó sin pensarlo. Regalándole poco tiempo después una sonrisa torcida que hubiera provocado que se sonrojara y su corazón se acelerara de ser humana.

-Si no te molesta salir en las revistas como mi "nuevo novio", me encantaría que me acompañaras.- ella lo miró profundamente y le sonrió. Él la contempló embobado unos instantes, su sonrisa era de tonto cuando la miraba. Ella no apartaba sus ojos de él. Edward comenzó a acercar su mano para tocar la mejilla de la joven, pero el sonar de la bocina del coche de Rosalie lo sacó de su ensoñación. Miró por el espejo retrovisor con el ceño fruncido a sus "hermanos", quienes se estaban partiendo de la risa.

"Deberías haber visto tu cara". El pensamiento de Jasper llegó a su mente y lo hizo sentirse como tonto.

-No me molesta.- fue lo último que dijo el resto del camino.

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La casa de la Srita. Swan no era el palacio que ellos pensaban. Era una casita sencilla, en medio del bosque, igual a la que ellos tenían. Era de dos pisos. El hecho de no ser una persona orgullosa, presumida ni tener una gran mansión le dio puntos extras a su natural encanto. ¿Acaso existía alguna estrella así?

Los invitó a pasar. La sala no era muy grande, pero si muy acogedora. Había una chimenea frente a ellos, sobre la cual se encontraba colgado un cuadro antiguo de un paisaje. A simple vista se notaba que tenía mas de un siglo.
-Tu casa es preciosa-susurró Esme, completamente maravillada por la decoración.

-Muchas gracias.- dijo la muchacha mientras servía ocho vasos, para ella y sus invitados. Los Cullen la observaron atentamente caminar hacia ellos y acomodar las bebidas en la mesa frente a ellos.

Ellos eran vampiros, no iban a tomarse cualquier cosa. Pero ella se veía confiada de que lo harían. La primea en darse cuenta de lo que pasaba fue Alice. "Es sangre de ciervo, Edward." El pensamiento de la vidente llegó hasta su hermano, quien miró su vaso y de inmediato captó el olor, confirmando lo que Alice había dicho. Miró desconcertado a la muchacha, quien tomaba de su vaso con naturalidad.

-Carlisle.-dijo ella apenas retiró el envase de sus labios. –Es un gusto conocerlo al fin. Aro me ha hablado mucho de usted en estos años.- la mirada que le dedicaron fue de total asombro. Ninguno se había dado cuenta que ella no era humana, sino una vampiresa igual a ellos. Y no una cualquiera, era una de los Vulturis.

-¿Tu eres...-Carlisle estaba desconcertado. ¿Cómo no reconocerla miembro de la especie? Era algo inconcebible.

-Si, Aro me transformó hace tiempo. Por sus expresiones estoy segura que no habían notado que no soy humana. Pero es uno de mis dones, puedo confundir mi aroma para parecer humana. Y también puedo controlar las acciones de los que me rodean con solo pensarlo.- hablaba naturalmente, como si estuviera discutiendo sobre su grupo favorito en vez de su existencia vampirica.

-¿Cómo puedes controlarte al estar rodeada de tanta gente, cielo?-preguntó curiosa Esme.

-Es algo natural. La sangre humana no me atrae en absoluto, cuando era humana me asqueaba su olor a oxido y sal; y al convertirme en vampiro e intensificar mis sentidos, terminé odiándola por completo. Y aunque no fuera de ese modo, preferiría mil veces "morir" de sed a morder a una persona- Carlisle la miraba alegre de encontrar a otra criatura con su dieta.

-Eso es asombroso.-dijo el doctor si poder contener su emoción.

-Lo es gracias a usted. Si Aro no me hubiera hablado de su idea de beber sangre de animales, estoy segura que habría graves problemas.-sonrió dulcemente y la sinceridad de sus palabras provocó en Carlisle una gran alegría, que todos sintieron gracias a Jasper. -Alice, Jasper, Edward. ¿Cuáles son vuestros poderes?-la pregunta salió casual de sus labios rosados.

-Tengo visiones del futuro, aunque no es algo completamente definitivo. Todo puede cambiar dependiendo de las decisiones que se tomen. Por eso hoy...-empezó Alice.

-Por eso hoy me esperaban. Supiste que iba a hablar con ustedes, porque eso era lo que decidí.-completó Bella observando a la vidente.

-Así es.-dijo Jasper. –Tengo el don para controlar las emociones de las personas, puedo hacer que una multitud se sienta feliz o triste en un instante. Aunque parece no afectarte a ti.-concluyó él.

-Oh, claro que me afecta. Pero estoy tan acostumbrada a no mostrar mucho cuando estoy alegre, que ya no es perceptible para nadie.-dijo dulcemente. -¿Qué hay de ti, Edward?- mientras lo miraba, se dio cuenta que Emmett lo miraba intensamente y que luego él negaba.

-Puedo leer...-empezó , pero Is lo interrumpió.

-Puedes leer la mente.-dijo fascinada la vampiresa. –Aunque por tu expresión estoy segura que tu don es diferente al de Aro, lo más probable es que solo leas los pensamientos del momento, que sea fácil bloquearlos y que yo sea tu excepción.- él le dedicó una mirada furiosa, pero a la vez llena de sorpresa.

-Tienes razón.-comentó soltando un suspiro. Todos lo miraron sin entender como es que no podía leer la mente de la chica. -¿Cómo lo supiste?-no pudo evitar la pregunta.

-Cualquier don relacionado con la psicología no funciona conmigo. Aro no puede leer mi mente, y Jane no puede provocarme dolor, así que supuse que también era tu excepción. Además de que me miras con frustración cada vez que hago un comentario y el hecho de que Emmett te estuviera preguntando algo mientras te hablaba.- dijo simplemente.

-Vaya, si que eres suspicaz.-comentó Emmett mirándola.

-Bella, nos gustaría conocer tu historia...-la voz de Carlisle llamó la atención de todos.

-Si, Bella. ¿Dónde inició todo?-preguntó curiosa Alice.

Los ojos de Isabella Swan reflejaron su desesperación por escapar del tema, pero nadie lo percibió. Jasper no notó el cambio en su sentir, estaba completamente tranquila.

-En realidad, no recuerdo nada de mi vida pasada.-mintió, pero nadie dudó de su palabra. Solo Edward la observó con el ceño fruncido al escuchar su respuesta. Definitivamente él era muy observador. Lo mejor para ella era cuidarse de Edward Cullen, al menos hasta que supiera si era su Edward realmente.

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