8 de junio de 2010

Atracción: Capítulo IX

9. Revelación. 

Baje la mirada buscando las palabras correctas para decirlo. Por más que intentaba reunir el suficiente valor para mirarlo a los ojos y decirle la verdad. Nunca fui buena mintiendo ni ocultando las cosas, y el hecho de que de un momento a otro nadie descubra la verdad en mis ojos es un suceso extraño y desequilibrante. En otros tiempos ya me hubieran descubierto y acusado de farsante, incluso de patética y ahora, que realmente deseaba ser descubierta en cierto sentido soy la perfecta estafadora.

Mis pensamientos estaban completamente enfocados en mi vida pasada, que para ser sincera no fue demasiado larga. Con 17 años no conocía nada de lo que era la vida. Y ahora, tengo toda la eternidad para perder el tiempo, aunque sigo dudando de que esto sea una buena idea. Nunca he sabido lo que es estar enamorada, y de repente choco contra el amor, algo demasiado frustrante para una adolescente con padres sobre-protectores y poco interesante. Al menos en mi vida humana; pues desde mi transformación, lo interesante no me abandona, y con todo lo que ofrece mi figura soy mas que acosada. Aunque nunca he aceptado salir con algún chico, es completamente irracional, sobretodo cuando sabes que lo único que quieren es llevarte a su colchón. Y bueno, lo reconozco, sigo siendo virgen. Y claro, la curiosidad por experimentar es grande desde que cumplí quince. Pero no ha llegado el indicado.

-Bella¿estas bien?-

Como si alguien hubiera roto mi pequeña burbuja de ensoñación y reflexiones, para luego darme una fuerte bofetada regreso al mundo real. Unos ojos dorados están fijos en mi, esperando escuchar de mis labios las palabras mágicas que arruinaran todo. Porque bueno, Jasper esta en lo correcto, soy algo totalmente fuera de lo común.

-Si, solo pensaba un poco- respondo un tanto ida.

-¿Qué era eso que debías contarme?-

-Mira Edward. Tu y yo no somos tan distintos. Desde el primer momento que los vi en la cafetería supe que ustedes eran vampiros, fue una suposición, algo que mis padres y yo aclaramos a los minutos. Sabia que no podían ser normales, y bueno, fue algo de suerte. Pero inmediatamente supe que estaba en lo correcto. Y después en biología tu...- hablaba demasiado rápido, aunque estaba segura de que Edward me entendía a la perfección, tome un poco de aire aunque no era necesario y continué.

-En biología tu...notaste mi olor. Estabas totalmente sediento y frustrado porque no podías leer mis pensamientos. Quería jugar un poco contigo, no me malentiendas, era parte de la comprobación. Fue cuando moví mi cabello y te pusiste aun mas rígido. Pero todo se salió de control cuando prendieron la calefacción y mi olor te golpeó de lleno, estaba segura que podría ocurrir una estupidez en cualquier segundo. Y como si me dieran una bofetada sentí tu aroma llenarme. Fue algo curioso, nunca me había pasado. Yo, supe que por tu mente pasaban cientos de imágenes de cómo acabar con mi vida. Tenia un plan para seducirme y que saliera de clase contigo...y créeme que lo hubiera hecho pero no por la razón que crees. Estaba asustada, mis padres intentaban calmarme, pero era inevitable. Estaba por ponerme de pie y cometer alguna locura, incluso salir corriendo, cuando el nombre de Carlisle vino a mi mente y soporté todo por su recuerdo.-la verdad salía de mi boca a gran velocidad, como si no fuera capaz de guardarme nada para mi misma.

-Pero¡como sabias lo que yo pensaba¿De donde conoces a Carlisle¿Por qué razón me acompañarías entonces¿Cómo fue que sentiste mi olor? Bella, habla por favor.-sus ojos seguían sobre los míos y sus manos sostenían mi rostro a escasos centímetros. Cuando me hablaba su aliento chocaba contra mi piel, produciendo que me desconcentrara un poco y al mismo tiempo me hacía incapaz de ocultarle algo.

-Edward yo soy una de ustedes. Charlie, Renée y yo tenemos poderes especiales. Podemos comunicarnos los tres por pensamiento, y yo puedo leer las mentes igual que tu, pero sin excepciones. También tenemos el donde parecer humanos, es imposible que cualquiera piense que somos distintos, ni siquiera los vampiros pueden entenderlo. Hace 50 años fuimos transformados...siento no haberlo dicho, solo seguía indicaciones. Pero no sabia si, bueno, si ustedes...-guardé silencio, sus ojos seguían fijos en los míos, sus pensamientos eran un caos. No me creía.

-Bella, ustedes no pueden ser vampiros. No lo parecen. Es imposible- susurraba con calma, haciendo su aliento chocar con m rostro.

Sabía que esto ocurriría. El miedo me invade por momentos, cuando Aro llame ¿qué va a pasar? Talvez se enfurezca conmigo y deje de hablarme, ahora que se lo que siento por él se me será imposible mantenerme alejada. Como si fuera la ultima vez, me cuelgo de su cuello y presiono mis labios contra los suyos. Se queda un momento quieto, sin entender lo que ocurre, pero luego me corresponde. Me separo de él dos segundos antes que mi celular suene, se que es Aro. Tomo la llamada y le tiendo el celular a Edward, quien me mira extrañado, sin decir nada lo toma y escucha la alegre voz que lo recibe. El momento de la verdad ha llegado.

-¿Bueno?- -Hola, tu debes ser el compañero de mi linda Bella- -¿Quién es usted?- -Soy su tío. Si Bella te ha dado el teléfono es porque ya te ha contado sobre su familia. ¿verdad?- -Lo hizo, pero yo no...- -No le creíste. Por eso llamo ahora, para confirmarte lo que ella ha dicho.- -¿Y como puedo estar seguro que es verdad?- -Tu y tu familia son vampiros. ¿Quién es nuestro líder?- -Carlisle- -Puedes preguntárselo a él. Y dile que su amigo Aro le envía saludos. Hasta luego.-

Y la llamada se cortó. Edward dirigió su mirada hacia mi, estaba más que confundido.

-Mis tíos nos transformaron hace 50 años. Aro, Cayo y Marco son conocidos como los Vulturis, creo que tu familia sabe de ellos. He vivido en Volterra desde que me convertí en lo que soy. Carlisle y ellos son viejos amigos, por eso mi familia y yo hemos seguido su ejemplo y solo cazamos animales. Estábamos de vacaciones en Italia, fue un regalo de mis padres por mi último cumpleaños. Era el día de San Marcos, así que fuimos a curiosear a Volterra. Así fue como llegamos frente a mis tíos, éramos parte de la cena, hasta que vieron el futuro tan prometedor que podríamos tener al adquirir nuestros dones. Después todo se volvió negro, y cuando despertamos ya nos encontrábamos convertidos en vampiros.- relaté de forma breve.

Sus ojos buscaban los míos cada instante. Cerciorándose de que no le mentía.

-No me crees¿verdad¿Que tengo que hacer para convencerte?-pregunté en susurros mientras acariciaba su rostro.

Acarició mis labios con los suyos un segundo, cerré los ojos y al abrirlos estaba sola en la habitación. Se había ido.

Me dejé caer al sillón y cubrí mi rostro con mis manos. Alice no tardaría en llegar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario